"Nuestra presencia en Judea y Samaria (Cisjordania) es porque entendemos que la creación de un Estado palestino ahí no va a solucionar el conflicto, sino que lo va agravar", aseguró Dayan en diálogo con Télam.
Dayan es el presidente del Consejo de Colonias de Judea y Samaria, lobby que tiene gran influencia sobre el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu y que encabezó la lucha de los colonos contra el congelamiento de la construcción de asentamientos en 2010.
"No veo ninguna razón para detener la construcción de los asentamientos", sostiene el hombre nacido en Buenos Aires en 1955 pero que vive en Israel desde 1971 y en la colonia Maalé Shomron (Altos de Samaria) desde 1988.
Dayan critica la "tiranía" de la fórmula de los dos Estados porque si alguien dice que hay que encontrar una solución distinta es apartado de las discusiones.
Dicha fórmula, que cuenta con el aval internacional, implica un futuro Estado palestino en Cisjordania, Gaza y Jerusalén este, un acuerdo sobre intercambio de tierras y una solución para los refugiados palestinos.
En noviembre de 2012, la Asamblea General Naciones Unidas reconoció a Palestina como Estado Observador no miembro de la organización con una abrumadora mayoría de 138 votos a favor, 9 en contra y 41 abstenciones.
El hecho dejó en claro el amplio apoyo internacional al derecho del pueblo palestino a tener su propio Estado independiente.
Sin embargo, Dayan considera que crear otro Estado implicaría mucho derramamiento de sangre porque estaría gobernado por el movimiento islamista Hamas, que no reconoce a Israel y busca su desaparición.
"Si se crea un Estado palestino lo gobernará, desde el primer día, Hamas, y será por elecciones. Y si no lo hacen por el voto, lo hacen a punta del revólver", opinó.
En 2006 se celebraron elecciones legislativas en Palestina, y Hamas se impuso sobre el partido Al Fatah, del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, tanto en Gaza como en Cisjordania.
Israel, Estados Unidos y la Unión Europea (UE), que consideran a Hamas un grupo "terrorista", rechazaron los resultados y suspendieron la ayuda externa.
Al Fatah mantuvo el control de Cisjordania y Hamas de la Franja de Gaza hasta junio de 2014, cuando formaron un gobierno de unidad encabezado por Abbas.
La obstinación de los grupos representados por Dayan en ocasiones se manifiesta de manera violenta, un fenómeno que aparece cada vez con más frecuencia en el último año.
Como contracara del fundamentalismo de Hamas, irrumpieron en escena, hace ya muchos años, grupos de colonos judíos extremistas que lanzan ataques contra los palestinos, sus propiedades e incluso los centros de culto islámicos, aunque también contra cristianos.
Dos hechos, uno sucedido hace casi 20 años y otro en junio pasado, ejemplifican el accionar de esos grupos extrema derecha en el conflicto.
En primer lugar, el asesinato del primer ministro Itzjak Rabin en 1995 a manos de un joven de 25 años, miembro de la derecha radical y fundamentalista israelí, opuesta a la idea de entregar territorios a los palestinos a cambio de la paz.
El asesinato de Rabin se dio en medio del proceso de paz iniciado con la firma de los acuerdos de Oslo de 1993, que tras la muerte del líder israelí se desdibujaron.
Otro hecho, más reciente, es el asesinato de un joven palestino de 16 años que fue quemado vivo en respuesta al secuestro y asesinato de tres estudiantes ortodoxos en las inmediaciones de Hebrón, acontecimientos que contribuyeron al inicio a la última ofensiva militar israelí en Gaza, durante la cual murieron más de 2.100 palestinos y 70 israelíes.
Las colonias israelíes en Cisjordania, o Judea y Samaria, como denomina Israel a este territorio, se han incrementado desde 1967, y muchas de las construcciones implicaron el desplazamiento de los habitantes originales así como también demoliciones y expropiaciones.
"Más de 360.000 israelíes viven en casi 200 comunidades de toda Judea y de Samaria, con 200.000 más en Jerusalén este. Eso es más de medio millón de personas. Nuestra empresa se encuentra en un terreno moral sólido", aseguró Dayan.
Sin embargo, con los recuerdos de la última ofensiva israelí sobre Gaza aún frescos, la comunidad internacional, que considera los asentamientos ilegales, pone en duda la necesidad de seguir ampliándolos.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, condenó días atrás la expansión de las colonias por parte de Israel y denunció "las repetidas provocaciones contra los lugares sagrados que tan sólo inflaman la situación".
Asimismo, Estados Unidos, que bajo la presidencia de Barack Obama tuvo desacuerdos sin precedentes con Israel, cuestionó duramente semanas atrás la decisión israelí de construir 2.500 nuevas viviendas en un barrio palestino de Jerusalén este y dijo que esto ponía en duda el compromiso israelí con la negociación pacífica.
Sin embargo, Dayan remata, imperturbable, que su deseo es que el mundo reconozca que "los asentamientos no son el problema, sino una parte integral de cualquier solución futura".
Fuente: Télam