PTV emitió imágenes de los manifestantes entrando en sus instalaciones antes de que se cortara la emisión, de acuerdo con el diario local Express Tribune.
Imran Khan, al frente del Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI) y uno de los líderes de la protesta que desde hace una semana se realiza contra el primer ministro, Nawaz Sharif, por "corrupción y fraude electoral", negó que sus seguidores hayan participado en el asalto de la televisora.
En las protestas, lideradas por el ex jugador de críquet Imran Khan y el religioso Tahir ul Qadri, al menos tres personas murieron y 560 resultaron heridas.
Entre los lesionados se encuentran 77 agentes de los cuerpos de seguridad desplegados en la llamada Zona Roja.
La violencia se reanudó esta mañana en Pakistán con una marcha de los manifestantes a la residencia oficial de Sharif, tras los choques del fin de semana.
Los manifestantes lograron derribar la valla que protege el Secretariado de Pakistán, vivienda y oficina del mandatario paquistaní, a pesar de la policía. Además, unos 1.200 opositores hicieron una sentada ante el Secretariado.
Liderados por Khan y el clérigo Tahirul Qadri, miles de personas acamparon en la capital Islamabad la última semana para exigir la dimisión de Sharif por corrupción y fraude electoral.
Los nuevos choques ocurren después de que el Ejército paquistaní pidiera al Gobierno y a la oposición que solucionen la crisis política sin recurrir a la violencia.
El jefe del Ejército paquistaní, general Rahil Sharif, mantuvo una reunión con altos mandos militares tras los enfrentamientos, en el que declararon su apoyo a la democracia y expresaron su preocupación por la situación en un comunicado.
Pero, como una advertencia, en la nota de prensa dejaron en claro que el Ejército está "comprometido a jugar su papel a la hora de garantizar la seguridad del Estado".
La violencia estalló el sábado por la noche cuando los manifestantes trataron de llegar a la residencia del primer ministro de Pakistán.
Sharif, quien fue depuesto en un golpe de Estado de los militares en 1999, mantiene una difícil relación con los uniformados desde su elección por su intento de acercamiento a la India y el juicio por traición a Pervez Musharraf.
La ofensiva en Waziristán del Norte contra los insurgentes que comenzó en junio y que Sharif retrasó en favor del diálogo también es una fuente de tensión.
Fuente: Télam