Parte de los hechos que llevaron a Escocia e Inglaterra a aliarse formalmente tras siglos de rivalidades y guerras (la resistencia liderada por William Wallace y Roberto I fueron popularizadas en el cine con "Corazón Valiente") ocurrieron en América Latina: a fines del siglo 17 los nobles escoceses quedaron cerca de la bancarrota al fracasar el intento de establecer una colonia en la actual Panamá.
"La unión fue un acuerdo entre élites influenciadas por las dificultades económicas a corto plazo ya que muchos de ellos habían perdido dinero en la aventura de crear una colonia comercial en América Central", indicó Cameron en una entrevista con Télam.
Para el docente, esa alianza "tuvo poco consenso y fue impopular los primeros 50 años a ambos lados de la frontera", a tal punto que "en 1713 la Cámara de los Lores estuvo cerca de votar por su disolución, hubo varias rebeliones y períodos de dificultades económicas, especialmente en 1742 y 1743".
Pero todo cambió cuando llegaron los beneficios del expansionismo británico en el mundo.
"El acceso al imperio fue un aspecto muy importante de la historia de Escocia en los siglos 18 y 19, con muchos escoceses que hicieron inversiones gracias a dinero que provenía de la India y amasaron enormes ganancias a partir de las plantaciones esclavistas de azúcar en el Caribe, especialmente Jamaica".
Pero esa relación de amor y odio entre Edimburgo y Londres tuvo en la década del 80 un factor que modificó el equilibrio y fue determinante para el nacimiento de un gobierno escocés con poderes propios y la actual búsqueda de la independencia: Margaret Thatcher.
"Ella fue muy impopular con políticas que transformaron Escocia. Muchas industrias de larga data como la minería de carbón, la construcción naval y la fabricación de acero se cerraron en esa década", recordó Cameron.
La pesadilla para los escoceses continuó luego de los 11 años que estuvo "La Dama de Hierro" en el poder, ya que en 1992 el Partido Conservador ganó nuevamente las elecciones generales británicas, pese a que en Escocia la agrupación había salido segunda, muy lejos del laborismo, lo que causó "una gran decepción y sumó el apoyo a la creación de un Parlamento escocés".
Esto fue determinante para que en 1997 se realizara el referéndum que llevó a la creación del órgano legislativo en Edimburgo y para que el Partido Nacional Escocés (SNP), creado en 1934 y por décadas una fuerza marginal, fuera sumando votos hasta llegar a ser mayoría en 2007.
"Esto no se debió necesariamente a que la idea de la independencia aumentó en popularidad, sino que fue una muestra del disgusto también con el Partido Laborista debido a (la guerra de) Irak y las políticas de (Tony) Blair", explicó el docente.
Las medidas de austeridad ejecutadas actualmente por Londres tampoco son bien vistas al norte de la isla.
"Si bien la identidad escocesa es fuerte, la mayoría de los votos en el próximo referéndum van a estar dados por necesidades del día a día", como evitar recortes en salud pública y los beneficios sociales o, por el otro lado, asegurar un vinculo monetario y comercial con Inglaterra, analizó Cameron.
"Podemos decir que si la unión se produjo por razones de urgencia cortoplacista, la independencia puede llegar a concretarse también por mismas razones" comparó el historiador, y diferenció: "Claro que el acuerdo en 1707 fue entre élites, mientras que en 2014 la cuestión se decidirá por el voto popular".
Sobre los escenarios que se abrirán tras el referéndum, pronosticó que "si gana la separación por un amplio margen, el gobierno escocés estará en una posición fuerte de negociar temas claves como el uso de la libra o la remoción de armas nucleares, pero si es una victoria estrecha estará más condicionado".
"Si gana la permanencia de manera contundente, al Parlamento escocés se le dará más poderes y no se volverá a discutir del tema por un largo tiempo, pero si es por poco margen la cuestión no va a desaparecer", añadió.
Con un resultado u otro, Cameron advirtió que la negociación que se abrirá tras el 18 de septiembre "será entre gobiernos y allí los votantes tendrán pocas posibilidades de influir".
Fuente: Télam
