A pesar de las reiteradas amenazas del gobierno de facto, la cúpula islamista y los miles de seguidores que los acompañan se niegan a dejar las calles hasta que Mursi sea liberado y reinstalado al frente del Estado egipcio.
Varios medios internacionales informaron que las fuerzas de seguridad egipcias ya cercaron los dos campamentos opositores en El Cairo, cerrando todas las vías de acceso a ellos, informó la agencia de noticias Europa Press.
Hace dos semanas, el gobierno de facto que asumió tras el golpe contra Mursi había anunciado su decisión indeclinable de desalojar y desmantelar todas las protestas a favor del mandatario derrocado en el país.
El plan de las autoridades golpistas, según ellos mismos informaron, establecía pedir el despeje voluntario de las dos plazas capitalinas y, en el caso de que los manifestantes se negaran, prometieron lanzar gases lacrimógenos e inclusive entrar por la fuerza hasta garantizar el desalojo total de las protestas.
Por eso, hoy mientras la noche caía en la capital egipcia, la tensión, los rumores y el temor a una nueva ola de represión crecían.
Uno de los que se hizo eco de este clima fue el senador y ex candidato presidencial republicano John McCain, quien esta semana visitó El Cairo a pedido del presidente estadounidense Barack Obama e intentó, sin éxito, mediar entre el gobierno de facto y la dirigencia islamista que reclama la vuelta al poder de Mursi.
"Estoy muy preocupado por un aumento de la violencia en las próximas semanas (...) Es probable que veamos una erupción de un baño de sangre que sería horrible", advirtió McCain, un veterano dirigente belicista, en una entrevista con la cadena de noticias CNN.
A pesar de los reiterados pedidos de la Casa Blanca al gobierno de facto egipcio para evitar la represión de manifestantes pacíficos, Obama continúa apoyando política y financieramente a las autoridades egipcias surgidas del golpe de Estado.
Fuente: Télam