Una fuente de la Policía iraquí informó a la agencia de noticias EFE que las fuerzas gubernamentales lograron recuperar el control de la comisaría de Hasiba.
Esta localidad cayó en manos de los yihadistas el pasado jueves, cuatro días después de que el EI se hiciera con el control de Ramadi, la capital de la provincia occidental de Al Anbar y a poco más de 100 kilómetros de Bagdad.
Ayer, el EI atacó a las tropas en la periferia de Hasiba e hizo explotar varios coches bomba contra las posiciones del Ejército, aunque no logró un avance sobre el terreno.
Hasiba está próxima a las áreas de Al Habaniya y Al Jaldiya, donde las fuerzas gubernamentales y los milicianos chiitas se preparan para lanzar una ofensiva para recuperar Ramadi.
Cerca de Al Jaldiya, seis yihadistas murieron hoy y ocho resultaron heridos en un bombardeo de la coalición internacional contra sus posiciones.
Al margen de Al Anbar, en la provincia de Saladino, donde todavía quedan bolsones de yihadistas, los islamistas radicales lanzaron un ataque contra las tropas en Hamrin, a la altura del campo petrolero de Alas.
Primero hicieron explotar un coche bomba en la zona, a 40 kilómetros al este de Tikrit, capital de Saladino, seguido de enfrentamientos entre ambos bandos.
La pérdida de Ramadi -el domingo pasado- supuso un duro revés para el gobierno iraquí, que anunció que su siguiente objetivo es la expulsión del EI de Al Anbar y luego de la provincia septentrional de Nínive.
En tanto, en el norte de Irak, cerca del monte Sinyar, al menos 12 milicianos murieron en un bombardeo de la coalición internacional contra un convoy del Estado Islámico.
El dirigente de la milicia Protección de Sinyar, Luqman Kili al Jansuri, explicó que el ataque destruyó seis vehículos del convoy, de los que dos eran militares equipados con ametralladoras antiaéreas.
El bombardeo tuvo lugar entre las poblaciones de Al Faua y Bara, en la zona de Sinyar, 120 kilómetros al oeste de la ciudad de Mosul, en manos de los yihadistas desde junio de 2014.
Fuente: Télam