El atentado se produjo en un día particularmente sangriento, con acciones letales de los fundamentalistas en una localidad turística de Túnez, donde murieron más de 37 personas en un hotel; en Kuwait contra una mezquita chiita y en Somalia contra una base de la Unión Africana.
Argentina expresó su "su profunda consternación y su más enérgico repudio" ante los atentados ocurridos en Túnez, Kuwait y Francia y a través de un comunicado de la Cancillería, el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner recalcó "su firme condena al terrorismo en todas sus manifestaciones que, mediante este tipo de acciones, pretende imponer sus ideas por medios violentos".
Brasil se sumó al repudio internacional al "deplorar" la ola de atentados registrados en Francia, Túnez y Kuwait, a los que calificó de "actos criminales perpetrados por extremistas en nombre de ideas incompatibles con las más elementales reglas de convivencia".
Estados Unidos condenó "en los términos más enérgicos" los ataques ocurridos en Francia, Kuwait y Túnez y ofreció a los tres países "el apoyo necesario" tras los atentados.
"Nuestros pensamientos y oraciones están con las víctimas de estos ataques atroces, con sus seres queridos y con la gente de los tres países", señaló el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, en un comunicado.
Por su parte, el ministro de Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, condenó el nuevo "acto de terrorismo y fanatismo" registrado en Francia y aseguró que Berlín está unida a París en defensa de una "sociedad libre, frente al odio ciego del terrorismo".
En un comunicado, Steinmeier se mostró conmocionado por las noticias que llegan desde Saint-Quentin-Fallavier, a unos 40 de kilómetros de Lyon, sobre "un asesinato inhumano" y un ataque en el que se han registrado varios heridos, informó la agencia de noticias EFE.
El presidente francés, Francois Hollande, había asegurado poco antes que no había duda de que el ataque era un atentado terrorista, aunque algunos medios franceses informaron con cautela ante la posibilidad de que se tratara de un problema laboral.
Por su parte, la líder del derechista Frente Nacional, Marine le Pen, exigió expulsar de Francia a los extranjeros sospechosos de extremismo islámico y anular la nacionalidad francesa a las personas sospechosas del radicalismo que tienen dos ciudadanías.
Además, propuso "poner bajo vigilancia los sermones en mezquitas y congelar la construcción de nuevas mezquitas para bloquear dudosa financiación extranjera".
En tanto, el primer ministro británico, David Cameron, consideró que el ataque en Francia, así como también el de Túnez encajan en el tipo de actos violentos propios del islamismo extremista.
"Tendremos que ver los detalles, pero lo que parece es que encajan en este modelo de extremismo islamista y violencia que tanto hemos visto en Europa y en otras partes del mundo", sostuvo Cameron en una conferencia de prensa, al término de la cumbre europea.
Asimismo, Portugal ofreció sus condolencias y su solidaridad a los gobiernos de los países afectados por los atentados y a los familiares de las víctimas.
El Ejecutivo luso destacó la importancia de coordinar esfuerzos para avanzar en la lucha contra el yihadismo y aseguró que Portugal está "empeñado" en defender los valores de la libertad, la democracia y la tolerancia.
Asimismo, Egipto condenó "severamente" los atentados en Francia, Túnez y Kuwait en varios mensajes difundidos por el ministerio de Asuntos Exteriores en los que subrayó "la necesidad de la solidaridad de la comunidad internacional contra este horrible fenómeno".
El gobierno argelino calificó el atentado de "transgresión incalificable de los preceptos del Islam, que sacraliza la vida humana", y expresó su apoyo "firme e incondicional" al país "hermano" y a seguir enfrentando al terrorismo con las autoridades de su vecino Túnez.
Por su parte, las autoridades libanesas condenaron de manera "enérgica", los atentados y consideraron que están dirigidos a provocar disensiones entre la población y enturbiar la imagen del islam.
En un comunicado, el primer ministro Tamam Salam condenó el atentado en la mezquita Imán al Sadik de Kuwait, que causó 25 muertos y más de 200 heridos, que calificó como un "acto despreciable, realizado por una mano terrorista en una casa de Dios en el mes sagrado del ramadan".
El grupo chiita Hezbollah, por su parte, se pronunció en términos similares contra el atentado de Kuwait, e instó a sus habitantes a la "paciencia y a la cohesión para impedir que los terroristas siembren la discordia y logren sus metas".
Fuente: Télam