Pero Mariana nunca volvió. Ni al día siguiente ni al otro, ni al otro, lo que no ha derribado la fe del hombre en que ese día llegará. "No tengo su número de teléfono y lo único que sé es que se llama Mariana, tiene el pelo oscuro y dos anillos en sus dedos".
Cualquier otro hubiera enviado un anuncio por palabras al Segunda Mano: "Nos miramos en el transbordo de Nuevos Ministerios. Ibas con una amiga. Yo era el flaco de las gafas que te sonrió". Cualquiera en su sano juicio sabe que un intento de ese tipo está condenado al fracaso, pero al menos no conlleva la carga de patetismo del heroico acto del enamorado ruso.
"Nunca creí en el amor a primera vista pero esta vez es distinto", explica Shakhnazarov, que trabaja de informático freelance, al diario Austrian Times. Desde aquel fugaz encuentro, el hombre acude cada día a su cita, pasa las mañanas en la parada del autobús 80 y de cuando en cuando sube al mismo por si Mariana hubiese subido en un despiste en una parada anterior y ya estuviera sentada.
Si tienes algún dato que nos sirva para dar con Mariana compártelo en los comentarios y se lo haremos llegar al despechado amante. (Fuente: Australia Times)