La idea es que Río de Janeiro se convierta en un puesto de vigilancia del Atlántico Sur y se sume así al control del narcotráfico en el Caribe, que se realiza desde la base norteamericana de Key West (en el estado de La Florida), y en el Atlántico Norte, desde la base de la capital portuguesa.
Los agentes de Key West cuentan con la colaboración de los gobiernos británico, francés y holandés, que aportan navíos, aeronaves y oficiales, y con la de algunos países latinoamericanos, como Colombia, la Argentina y Ecuador.
Durante su visita a Brasilia, Fraser puso otros temas sobre la mesa: ultimó los detalles del viaje del secretario de Defensa de los EEUU al país sudamericano, previsto para mediados de abril, y habló de cooperación militar estratégica entre ambos países.
El gobierno de Lula quiere comprar aviones cazas y duda entre la oferta de los EEUU y la francesa. Como contrapartida, Fraser transmitió a Brasilia el interés de la Administración Obama en la adquisición de aviones de entrenamiento brasileños.
Fuente: infobae.com