Luego de que un imponente operativo de seguridad fuera desplegado ante la fabrica Goodyear de Amiens-Nord, los empleados sorprendieron al país al decidir liberar a los dos directivos frente a decenas de periodistas.
Sin embargo, sindicalistas y empleados pasaron a ocupar la planta y los sitios de almacenamiento de centenares de miles de neumáticos a modo de "garantía de obtener una negociación", afirmó el delegado fabril Mikael Malet, de la CGT.
En una improvisada conferencia de prensa, el delegado afirmó: "Vamos a cambiar la planta por una prima de despido".
El lunes por la mañana, sindicalistas de la CGT se reunieron con el director de producción Michel Dheilly y el director de recursos humanos Bernard Glessery para renegociar las condiciones económicas de las indemnizaciones.
Ante la negativa de los dos directivos, los gremialistas, apoyados por unos 200 empleados, decidieron retenerlos en el lugar, según informan medios galos.
"Hollande dijo que iba a combatir las finanzas y está haciendo lo contrario. Su política es la continuidad de la de Nicolas Sarkozy"
Los medios hablaron de "secuestro" y los móviles de canales de televisión y radios se instalaron en Amiens-Nord (140km al norte de París), pero los sindicalistas de la CGT afirmaron que se trató de "una negociación" y mostraron en las redes sociales -principalmente Twitter- fotos de los dos directivos con sus teléfonos celulares.
Dheilly y Glessery aparecen allí comiendo o fumando con cara de resignación.
La dirección de Goodyear se negó a negociar hasta que los dos directivos fueran liberados y recurrió a la justicia local, que designó un oficial de justicia para "asegurar la seguridad y el libre tránsito de las personas".
Los dos directivos pasaron la noche en una oficina bloqueada por un imponente neumático agrario, de los que produce la planta.
Este mediodía, en una reunión en la Prefectura de Amiens entre inspectores de trabajo, sindicatos y el prefecto de la región, pero sin representantes de Goodyear Dunlop Tires France, los sindicalistas de la CGT se comprometieron a liberar a los directivos si obtienen de la empresa un cronograma de negociación.
Tras un largo proceso judicial adverso y siete años de movilización desde el anuncio del cierre de la fábrica, los 1.173 empleados ya no reclaman por mantener sus puestos de trabajo, sino para intentar mejorar los retiros voluntarios colectivos e incluir a un grupo que hasta el momento rechazaba las indemnizaciones.
"Es nuestra última posibilidad. Decidimos cambiar de táctica para ser escuchados. Si tenemos que quedarnos tres o cuatro días aquí, lo haremos", afirmó ayer Frank Jurek, sindicalista de la CGT, al canal privado iTélé.
Aunque el revuelo mediático por el desusado método tuvo un moderado impacto político, el secretario nacional del partido comunista francés (PCF), Pierre Laurent, se solidarizó con los obreros de Amiens-Nord.
Laurent no escatimó críticas contra al presidente socialista Francois Hollande, a quien acusó de "traicionar su palabra" y "dar la espalda a la izquierda al ceder el poder ante la patronal".
"Hollande dijo que iba a combatir las finanzas y está haciendo lo contrario. Su política es la continuidad de la de Nicolas Sarkozy. No hay ruptura, los electores pretendían un cambio; por eso es tan impopular y su política va directamente (a estrellarse) contra un muro", sentenció Laurent en declaraciones al canal privado de noticias BFM TV.
El principal candidato a adquirir parcialmente la fábrica -sin sus empleados- es el grupo estadounidense Titan. Entrevistado por la radio francesa Europe 1, el director de la empresa, Maurice Taylor, dijo estar "indignado" y denunció un "secuestro".
"En Estados Unidos diríamos que esto es un secuestro. Los autores deberían rendir cuentas ante la justicia por este crimen tan serio. Podrían ir a prisión de por vida", expresó.
Fuente: Télam