"No sabemos qué va a pasar después de que nos entreguemos, si seremos detenidos o puestos en libertad, pero estamos preparados para las consecuencias", dijo Tai, quien junto al reverendo Chu Yiu-ming y a Chan Kin-man anunció que mañana a la tarde se pondrán a disposición de las autoridades, informó la agencia de noticias EFE.
Los tres se mostraron dispuestos a afrontar las consecuencias legales por haber puesto en marcha la campaña de desobediencia civil hace algo más de dos meses.
La protesta comenzó con el objetivo de reclamar a las autoridades chinas elecciones realmente libres en 2017, en lugar de la reciente reforma que permite el voto directo pero sólo entre dos o tres candidatos seleccionados previamente por un comité de Beijing.
El llamado a retiro de los líderes de Occupy Central supone una ruptura con la Federación de Estudiantes y con Scholarism, cuyo máximo referente, Joshua Wong, inició una huelga de hambre indefinida tras los violentos enfrentamientos de ayer en los que unas 50 personas fueron detenidas y 40 resultaron heridas.
Wong, de 18 años, anunció anoche que él y dos miembros de la agrupación llevarían a cabo la huelga hasta que el Jefe de Gobierno local, Leung Chun-ying, decida retomar el diálogo sobre la reforma electoral para Hong Kong.
"Estamos decepcionados por la indiferencia del Gobierno ante las demandas de la gente de Hong Kong a favor del sufragio
universal, y entristecidos por el uso excesivo de la violencia llevado a cabo por la policía", señala Wong en un comunicado.
La última contienda, que duró toda la noche, provocó además que parte del terreno ocupado por los manifestantes en el distrito de Admiralty, próximo a las oficinas gubernamentales y el centro de las históricas manifestaciones, fuera recuperado por la policía.
La huelga de hambre parece ser un último intento de Scholarism por recuperar fuerzas luego de que miles de manifestantes se fueron retirando de las protestas por la mano dura de la policía y los reveses judiciales.
El último revés llegó ayer a través de un dictamen judicial que avala la demanda de una empresa de transporte público afectada por el corte de rutas para que se desaloje buena parte del área ocupada en Admiralty.
Dos acciones judiciales de este tipo obligaron en los últimos días a que los manifestantes abandonaran una parte del área de protestas en Admiralty y acabara con el campamento del barrio obrero de Mong Kok dos meses después de su puesta en marcha.
Por otro lado, China rechazó hoy la interferencia de Londres en sus asuntos internos, después de que el primer ministro británico, David Cameron, considerara que Beijing se equivoca al no permitir que diputados de su país visiten la ex colonia.
"Nos oponemos firmemente a cualquier interferencia extranjera en nuestros asuntos (...) Si cualquiera en el Reino Unido insiste en hacerlo, es (una actitud) injustificable y sin sentido. El resultado será contraproducente", afirmó Hua Chunying, vocera de la cancillería china al ser consultada por los dichos de Cameron.
Miembros de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes tenían previsto desplazarse a Hong Kong en la tercera semana de diciembre, coincidiendo con las mayores protestas pro democráticas que se viven en Hong Kong desde fines de los 80.
No obstante, las autoridades chinas informaron a esta delegación que no permitirán su entrada a la ex colonia británica.
Hua recordó hoy al Reino Unido que Hong Kong ya no le pertenece y defendió que los asuntos exteriores de la región son gestionados por el gobierno central en Beijing. "El Gobierno chino decidirá quién cruza la frontera de China", sentenció.
Fuente: Télam