La mayoría permanece actualmente en Erbil, la capital de esa región, con familiares y en escuelas y otros centros, y no llevan muchas de sus pertenencias debido a la rapidez con la que salieron de sus hogares, informó la agencia de noticias EFE.
Por esa razón, el ACNUR proporcionó anoche colchones, mantas y productos de higiene entre los desplazados.
Varios proyectiles de mortero cayeron esta semana en Qaraqosh, un histórico pueblo asirio de unos 50.000 habitantes que también se conoce por el nombre de Bajdida o Al Hamdaniya.
Está situado a unos 30 kilómetros al sureste de Mosul, la segunda ciudad de Irak cuyo control fue tomado hace unas dos semanas por el extremista Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), que junto a otros grupos insurgentes sunnitas amenaza con conquistar otras partes del país.
El número creciente de desplazados al Kurdistán, que asciende actualmente a unos 300.000 iraquíes de la provincia septentrional de Ninive y otros sitios, "requerirá más ayuda humanitaria", según el ACNUR.
La falta de duchas, aire acondicionado y cuidado médico entre los desplazados, que tienen que soportar altas temperaturas de más de 40 grados, son algunos de los problemas registrados en la zona.
La agencia de la ONU está buscando financiación por valor de 64,2 millones de dólares para dar cobijo a esas personas, como parte de un paquete más amplio de 312 millones.
Naciones Unidas calcula que alrededor de 1,2 millones de iraquíes se vieron obligados a abandonar sus casas por la violencia, sobre todo en las provincias de Ninive y Al Anbar.
Fuente: Télam