A la masiva marcha de tres kilómetros, vigilada todo el tiempo por un masivo operativo de seguridad, se sumaron líderes mundiales, entre ellos el presidente francés, François Hollande, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, y el presidente palestino, Mahmud Abbas.
También acudieron los líderes de Polonia o Gabón, así como el primer ministro argelino, Abdel-Malek Sellal, entre otros.
Los dignatarios depositaron flores en un memorial instalado a la entrada del museo en recuerdo de las víctimas y en un discurso al final de la manifestación, el presidente tunecino, Beyi Caid Essebsi, hizo un llamado a los tunecinos a permanecer unidos contra las fuerzas radicales y violentas.
"El pueblo tunecino demostró que no se dejará intimidar por los terroristas. Túnez no estará sólo en enfrentar esa desgracia", dijo en una ceremonia delante del museo.
Horas antes de la marcha, unidades especiales tunecinas mataron a nueve islamistas en la sureña provincia de Kafsa, según informó hoy el Ministerio del Interior del país norteafricano.
El primer ministro tunecino, Habib Essid, identificó a uno de los fallecidos como Jaled Chaib, un argelino considerado durante mucho tiempo líder de Okba Ibn Nafaa, un grupo de milicianos que opera en el área montañosa de la frontera entre Túnez y Argel.
Desde el ataque contra el museo, las autoridades tunecinas realizan redadas en todo el país contra supuestos extremistas.
Aunque el ataque fue reivindicado por el Estado Islámico (EI), las autoridades tunecinas culpan a una célula del grupo radical local Ansar al Sharia, que opera en la región de Kasserine, una zona montañosa cercana a la frontera con Argelia, la misma en la que se esconde los milicianos de Okba Ibn Nafaa.
Fuente: Télam