Desde hace un año, Bengazi, segunda ciudad de Libia, sufre el asedio de las tropas leales al ex general Jalifa Hafter, jefe del Ejército afín al gobierno internacionalmente reconocido instalado en Tobruk.
En la urbe están instaladas las milicias leales al Ejecutivo rebelde establecido en Trípoli, capital que también tratan de asediar las fuerzas de Hafter, un oscuro oficial que fue héroe de guerra en tiempos del gobierno de Muammar Kaddafi y que después se convirtió en uno de los principales opositores en el exilio.
Los combates en Bengazi son una de las razones fundamentales de que no avance la negociación que auspicia la ONU y que pretende lograr un Ejecutivo de consenso nacional.
Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la comunidad internacional contribuyera a derrocar a Kaddafi.
En medio, florecen los movimientos yihadistas como la rama libia del autoproclamado Estado Islámico -asentado en partes de Irak y Siria- y la organización de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), todavía el grupo islamista más poderoso del norte de África.
Y sacan provecho los traficantes de personas, que han enviado a miles de inmigrantes irregulares procedentes de Africa y de Medio Oriente al mar con el objetivo de que lleguen a Europa.
Fuente: Télam