Otros tantos, se movilizaron en Estambul, por la céntrica calle Istikal pero la policía impidió que lleguen hasta la emblemática plaza Taksim.
Ambas manifestaciones se desarrollaron sin incidentes y no hubo represión policial, pese a que el gobierno había advertido que aplicaría drásticas medidas de seguridad.
"He venido aquí por la paz, contra la guerra, para solidarizarme con Kobani", dijo Meryam Itfer, una obrera textil.
"El gobierno pone obstáculos al proceso de paz con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK); debería reconocer la identidad kurda y sus derechos, para hacer la paz", expresó.
"Kobani es parte del problema kurdo de Turquía, porque el gobierno no quiere reconocer el estatus de los kurdos ni aquí ni en Siria; debemos unirnos a través de las fronteras", opinó otro manifestante, Hüseyin Yalcinkaya.
Turquía y el PKK están inmersos en un proceso de paz desde hace dos años para poner fin a un conflicto que los enfrentó durante tres décadas.
La negativa de Ankara a abrir un corredor humanitario, así como la demora en permitir el paso de refuerzos para los kurdos que combaten en Kobani contra el Estado Islámico (EI), fue percibida como un apoyo de facto a los yihadistas para que destruyan a los kurdos.
Ankara asegura que considera terrorista al EI pero los kurdos están convencidos de que los yihadistas reciben financiación o armas del gobierno turco.
Las pancartas que portaban los manifestantes exigían al gobierno que reconozca a la administración kurda en Siria y la apertura de un pasillo humanitario para acceder a Kobani, así como el fin de todo apoyo al EI.
Los manifestantes exigen, asimismo, que Ankara anule los planes de imponer una "zona de seguridad" en el norte de Siria y que amplíe las libertades de expresión y reunión en lugar de recortarlas mediante nuevas leyes.
Además, piden que se investigue la muerte de casi 40 personas que fallecieron a principio de octubre en enfrentamientos callejeros después de que los partidos kurdos convocasen protestas en defensa de los kurdos de Kobani.
Fuente: Télam