Después de que Norcorea realizara su tercera prueba nuclear, a mediados de febrero, China reactualizó la importancia que tiene Corea del Norte para mantener la estabilidad de la península coreana, debido a que la eventual caída del gobierno de Kim podría provocar una oleada de refugiados norcoreanos hacia su territorio.
A pesar del clima de confrontación, ni China ni Estados Unidos aceptan la posibilidad de una guerra en la región.
Por esa razón, Beijing se distanció de las recientes amenazas de Norcorea de lanzar un ataque nuclear contra Corea del Sur, Estados Unidos o la isla de Guan, en el Océano Pacífico.
A este hecho se sumó la captura a principios de mayo de un barco de pesca chino en el Mar Amarillo, cuyos 16 tripulantes fueron luego liberados por Corea del Norte.
Choe, un general de cuatro estrellas y director del Buró Político del Ejército Popular Norcoreano, se reunió con el presidente chino, Xi Jimping, quien le dijo que Norcorea debía retornar a las conversaciones a "seis bandas", que involucran a Estados Unidos, Rusia, Japón, Corea del Sur, Norcorea y Beijing, informó la BBC de Londres.
Luego del encuentro, realizado en el Salón del Pueblo, la prensa china comentó que Norcorea aceptó las sugerencias de China y dijo que Pyongyang está "listo para abrir el diálogo" con sus socios relevantes.
Dentro de dos semanas, el presidente Xi se reunirá en California con su colega estadounidense, Barack Obama, con el que discutirá una amplia agenda sobre temas mundiales y regionales, entre ellos las siempre difíciles relaciones bilaterales.
De todos modos, es difícil de saber si Norcorea volverá a las conversaciones a "seis bandas", ya que durante su última visita a China, en agosto de 2011, el fallecido líder kim Jong-il, realizó una promesa similar que, sin embargo, nunca se llevó a cabo.
En medio de este panorama, el viaje del enviado especial norcoreano a Beijing provocó algunas especulaciones en la prensa.
El servicio alemán de radiodifusión Deutsche Welle afirmó que "China está secretamente poniendo en marcha un plan para instalar Kim Jong-nam, hermano mayor del actual líder norcoreano Kim Jong-un, en caso de que el régimen colapse".
Kim Jong-nam perdió el favoritismo del fallecido Kim Jong-il para sucederlo en el poder, tras ser descubierto tratando de entrar en Japón con pasaporte falso para dirigirse a Disneylandia.
"China está tranquilamente estimulando un cambio de régimen y preparando para que el hermano de Kim, Kim Jong-nam ocupe su rol", dice la nota del medio alemán, citada por el diario surcoreano Korea Times.
El rotativo señala que un signo de que China está tratando de apaciguar a Pyongyang, es el anuncio formulado la última semana por el gobierno norcoreano que designó en enero a Jan Jong-nam, un comandante poco conocido de un cuerpo de ejército en la costera provincia de Kangwon, para reemplazar al ministro de Defensa, general Kim Kyok-sik.
Seúl acusa al general Kim, de 64 años, de ser el responsable del bombardeo de la isla de Yeonpyeong en 2010, donde murieron unos 50 marineros surcoreanos.
A pesar de las negociaciones con China, Norcorea lanzó esta semana seis misiles de corto alcance en aguas del Mar del Japón, en un hecho que fue condenado por el gobierno de la presidenta surcoreana, Park Geun-hye.
Se cree que los nuevos misiles extenderán la capacidad de alcance de 65 a 150 kilómetros, por lo que Pyongyang podrían amenazar el cuartel surcoreano de Gyeryongdae, en la provincia de Chungcheong, la región de Seúl, así com las bases estadounidensesde Pyeongtaek y Osan.
"Uno de los más grandes desafíos que enfrenta Kim Jong-un es cómo manejar los tradicionales lazos de su país con China", afirma desde Seúl el analista Choe Sang-Hun, en un artículo en el diarito The New York Times.
Choe señala que "China es el último aliado ideológico de Corea del Norte y prácticamente controla su sustento económico, dándole su combustible y la mayor parte de su comercio en medio de las sanciones internacionales".
Desde que llegó al a presidencia tras la muerte de su padre, Kim Jong-il, el 19 de diciembre de 2011, para hacerse cargo de la dinastía fundada hace más 60 años por su abuelo Kim Il-Sung, el nuevo líder norcoreano mostró un perfil de confrontación con sus eventuales enemigos políticos.
Esa gran responsabilidad, quizás, lo ha llevado a mostrarse arrogante y desafiante, cuando faltan dos meses para que se cumpla el sexoagésimo aniversario de la Guerra de Corea (1950-1953), cuyo armisticio Pyongyang declaró recientemente "nulo".
Kim, sin embargo, sabe que necesita del apoyo de Washington y de Occidente, así como de su principal aliado, China, para modernizar la economía y sacar a su país del atraso y del aislamiento internacional.
Fuente: Télam
