Las primeras versiones indicaron que Cano cayó abatido en un bombardeo lanzado a su campamento ubicado en un lugar rural del municipio Suárez, en el departamento (provincia) Cauca, en el sur del país, consignó la agencia de noticias ANSA.
Se trata del segundo gran golpe que el gobierno del presidente Juan Manuel Santos propina a las FARC, tras la muerte del jefe militar del grupo guerrillero, Víctor Suárez Rojas, alias Mono Jojoy, el 23 de septiembre de 2010.
Desde la tarde de ayer viernes, voceros militares informaron sobre bombardeos a un campamento de las FARC en el Cauca, en el que murieron varios de los guerrilleros del círculo de seguridad de Cano, y reportaron el arresto de Pacho Chino, otro integrante de ese grupo.
Radio Caracol afirmó, basada en fuentes oficiales, que tras el bombardeo y una revisión de la zona atacada, las tropas hallaron el cuerpo de Cano, quien ya fue plenamente identificado.
El ex presidente Andrés Pastrana (1998-2002) felicitó a las fuerzas militares por la acción, al tiempo que aseguró que este es “el golpe más duro que han sufrido las FARC”, lo que derivará seguramente en un proceso de paz con ese grupo guerrillero.
“Este es un golpe, no podemos decir que mortal, pero es el golpe más duro que han sufrido las FARC y esto las pone a pensar en entregarse o hacer un proceso de paz y podamos nosotros erradicar el tema de la violencia”, dijo Pastrana.
“Ya se le había dado un golpe al ala militar y ahora se le da un nuevo golpe al ala ideológica”, puntualizó Pastrana.
Cano se había convertido en el jefe máximo de las FARC en abril de 2008, tras la muerte del fundador y líder histórico del grupo guerrillero, Pedro Marín, alias Tirofijo.
A fines de los 70 abandonó las Juventudes Comunistas (Juco), un antiguo partido de izquierda, así como la carrera de antropología que cursaba en la Universidad Nacional de Colombia, para integrarse a las FARC.
El abatido jefe de las FARC nació en Bogotá en el seno de una familia de clase media alta compuesta por un agrónomo y una profesora, además de seis hermanos, uno de los cuales, Roberto Sáenz Vargas, acaba de ser reelecto concejal de Bogotá por el partido Visionarios que lidera Gustavo Petro, electo alcalde.
Antes de su ingreso a las FARC y durante varios años, Cano se mantuvo como un político de izquierda, con fuertes lazos con esa organización, al punto que en 1981 las autoridades lo arrestaron en Bogotá al hallar en su apartamento unos 50.000 dólares escondidos, al parecer del grupo.
Un año después, el futuro jefe máximo de las FARC recuperó la libertad mediante una amnistía durante el gobierno de Belisario Betancourt (1982-86), quien intentó, sin éxito, un diálogo de paz con los grupos guerrilleros de entonces.
Una vez en la clandestinidad, Cano escaló rápidamente en la línea de mando de las FARC gracias a su capacidad dialéctica, forjada por convicciones marxistas leninistas, y de la mano de Jacobo Arenas, quien fuera hasta 1990 el máximo ideólogo político del grupo guerrillero.
A la muerte de Arenas, Cano asumió un escaño en el Secretariado (máximo órgano ejecutivo) de las FARC, compuesto por siete jefes, y asumió de lleno la línea ideológica y política de la organización.
En 1991 participó en frustrados diálogos de paz entre el gobierno de César Gaviria (1990-94) y las FARC que se desarrollaron en Caracas en 1991 y en Tlaxcala (México) en 1992.
Desde que Juan Manuel Santos asumió como presidente de Colombia se fijó la meta de dar con Cano, razones que lo llevaron en varias ocasiones a advertir que las tropas “le respiraban en la nuca” al jefe guerrillero.
Fuente: 26noticias.com.ar