El regreso anticipado de Obama, quien en un principio planeaba quedarse con su familia hasta el 6 de enero, ya se preveía dado que apenas queda una semana para lograr un acuerdo que evite la combinación de recortes del gasto y aumentos de impuestos conocida como "precipicio fiscal" y que entraría en vigor en enero.
Los miembros del Congreso, que deberán transformar en ley el acuerdo, también tienen pensado regresar a Washington.
Asesores de la Casa Blanca y legisladores demócratas están trabajando en nueva propuesta contra el "precipicio fiscal" para presentarla en el Senado, donde tiene mayoría el oficialismo demócrata y que tiene programada una sesión para mañana mismo, según informó hoy la cadena CNN.
Funcionarios dijeron que la estrategia consistirá en tratar de presentar un plan que pueda ser aprobado con facilidad en el Senado con el apoyo de los republicanos para presionar a continuación a la Cámara de Representantes, controlada por la oposición conservadores, a sumarse también a él.
Legisladores se mostraron bastante escépticos sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo antes del 1 de enero.
Ayer, la senadora republicana Kay Bailey Hutchison dijo que esperaba que cualquier entendimiento que se alcanzara en estos últimos días del año fuera sólo "un parche, porque en cuatro días no podemos resolver nada".
Durante estos cuatro días de vacaciones navideñas no ha habido conversaciones entre los negociadores demócratas y republicanos.
Obama ya hizo importantes concesiones, como él mismo recordó la semana pasada, al subir de 250.000 a 400.000 dólares anuales el umbral de los hogares que, a su juicio, deben pagar más impuestos para que aumenten los ingresos del Estado.
Mientras, el llamado "plan B" presentado por el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, fracasó estrepitosamente al no conseguir apoyos suficientes dentro de su propio partido.
El "plan B" de Boehner contemplaba la subida de impuestos para aquellos hogares con ingresos anuales de más de un millón de dólares y se topó con el rechazo enérgico de congresistas, en su mayoría del movimiento derechista Tea Party, que se oponen radicalmente al aumento de cargas fiscales a los ciudadanos.
Organismos independientes estiman que la suba generalizada de impuestos y los recortes de gasto que empezarán a regir automáticamente el 1 de enero si no hay acuerdo, sumirán otra vez a Estados Unidos en la recesión tras años después de haber salido de ese trance y elevará el desempleo a cerca del 9%.
Los aumentos de impuestos se producirían como consecuencia del vencimiento de exenciones pasadas.
Por su parte, los recortes automáticos del gasto público fueron acordados por los legisladores en el verano de 2011 como mecanismo de presión para forzar un acuerdo bipartidista, que nunca llegó, sobre la reducción del déficit presupuestario y la deuda.
Hasta ahora, tanto Obama como Boehner se mantuvieron flexibles pero también firmes en sus posiciones. La semana pasada, ambos se acusaron de rechazar propuestas de manera "irracional".
"Todavía es posible que consigan acordar algo hasta finales de algo. Pero hay una probabilidad bastante alta de que lleguemos a enero sin acuerdo", opinó el economista jefe de Barclays Capital, Dean Maki, en declaraciones a The New York Times.
"Nadie puede conseguir el cien por cien de lo que quiere", apuntó Obama tras el fracaso de las últimas negociaciones con los republicanos.
Fuente: Télam