"El presidente Obama subrayó el creciente número de pérdidas humanas en la lucha y recalcó la importancia de que el presidente Putin aproveche la oportunidad presentada por las actuales conversaciones entre Rusia, Francia, Alemania y Ucrania para alcanzar una solución pacífica", indicó un escueto comunicado divulgado por la Casa Blanca.
Obama se muestra cada vez más inclinado a proveerle armas al gobierno proestadounidense de Petro Poroshenko, instalado en Ucrania tras el derrocamiento del presidente constitucional Víctor Yanúkovich en enero de 2014 y enfrenta una rebelión en el Este por su política antirrusa y el carácter neoliberal y ultraderechista de la alianza que lo apoya.
Kiev afirma que la rebelión es una agresión rusa y Washington justifica en este hecho la provisión de armas que Alemania y Francia rechazan por ver en él una futura "guerra total" en Europa.
El Kremlin avisó reiteradamente que tomaría ese paso como una grave amenaza a su propia seguridad, que está dispuesto y en condiciones de enfrentar.
En este marco, en una serie de reuniones de diplomacia relámpago, tanto la canciller alemana, Angela Merkel, como el presidente francés, Francois Hollande, volaron la semana pasada a Kiev y luego a Moscú para encontrarse con el presidente ruso y el ucraniano, Petro Poroshenko.
De la reunión con Putin surgió un plan de paz que será presentado mañana en la cumbre de Minsk, donde Putin, Poroshenko y representantes de la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa) debatirán la posibilidad de un arreglo estable con representantes de las Repúblicas Populares rebeldes de Ucrania Oriental.
Ayer la canciller alemana, Angela Merkel, voló a Washington para tener una reunión sobre el tema en la Casa Blanca, que terminó en una discrepancia matizada por declaraciones de unidad frente a Rusia.
Entretanto, en una reunión preparatoria de la de mañana, Ucrania y los separatistas prorrusos acordaron hoy un alto el fuego y la retirada del armamento pesado durante las negociaciones de paz celebradas en Minsk con mediación de Rusia y de la OSCE, según un cable de la agencia TASS difundido por su par española, EFE.
Además, según la fuente bajo anonimato citada por dicha agencia rusa, las partes acordaron un mecanismo de control sobre el cumplimiento del cese de las hostilidades.
El negociador de la República Popular de Donetsk, Denís Pushilin, aseguró a la prensa que los separatistas habían entregado a las otras partes un proyecto de arreglo político y militar del conflicto que estalló en abril de 2014.
Seguidamente, se anunció una pausa en las negociaciones y tanto el expresidente de Ucrania Leonid Kuchmá, como la representante de la OSCE, Heidi Tagliavini, abandonaron el lugar para consultas.
Las deliberaciones se celebraron bajo mutuas acusaciones de violar el cese de fuego.
A primera hora del dí­a, el Ejército ucraniano anunció el inicio de una ofensiva contra los alzados al este del puerto de Mariupol, donde los rebeldes informaron que hubo duros combates, según la agencia de noticias DPA.
Las autoridades ucranianas denunciaron además, un ataque de artillerí­a separatista contra Kramatorsk en el que, además de quince muertos, resultaron heridas al menos 26 personas.
La ciudad está en el área de la provincia de Donetsk que controla el gobierno y alberga el cuartel general del Ejército ucraniano en el este del paí­s.
Poroshenko acusó a los rebeldes del ataque y aseguró que no sólo alcanzaron el cuartel general de las tropas, sino también una zona residencial. Según Poroshenko, la ciudad fue atacada con cohetes Tornado, de fabricación rusa y con un alcance de 90 kilómetros. Los rebeldes rechazaron las acusaciones.
De acuerdo con datos de la ONU, más de 5.300 personas, entre combatientes y civiles, ha muerto en los casi diez meses de conflicto armado en las regiones orientales de Ucrania.
En la cumbre de Minsk del miércoles participarán los presidentes de Rusia y Ucrania, Vladimir Putin y Petro Poroshenko, y los mandatarios de Francia y Alemania, Francois Hollande y Angela Merkel.
Fuente: Télam