"Este no es sólo un asunto de Ferguson, este es un asunto de todo Estados Unidos", agregó el presidente, pocos minutos después de la esperada decisión del jurado sobre un caso que desató en agosto una gran ola de disturbios y en el que convergen el racismo, la situación social y la militarización y la violencia policial.
Obama comenzó recordando que los padres de Michael Brown pidieron evitar la violencia en las protestas y, en su lugar, abogan por un debate constructivo que promueva cambios para que la muerte de su hijo no sea en vano, intentando poner paños fríos a la situación.
"A los que están en Ferguson, hay maneras de canalizar sus preocupaciones constructivamente", subrayó el presidente en un discurso de nueve minutos, en el que admitió que el malestar es "comprensible" pero llamó a aceptar la decisión judicial.
La familia de Brown había pedido una respuesta pacífica y cuatro minutos y medio de silencio tras conocer el fallo, pero inmediatamente se desataron los primeros disturbios en Ferguson.
Pero las imágenes ya mostraron destrozos en vehículos y ventanas, mientras testigos aseguran que la policía del condado de Saint Louis usa gas lacrimógeno y, por su parte, los agentes dicen que solo es "humo" para dispersar las protestas.
La zona de Ferguson, en Saint Louis, está bajo alerta maxima, con el FBI y la Guardia Nacional preparados para intervenir si las protestas convocadas para esta noche derivan en fuertes disturbios como los que vivió esta pequeña localidad tras el asesinato de Brown el 9 de agosto.
Las protestas trascienden Ferguson y se extienden a Nueva York, Chicago, Los Ángeles, Washington DC, Oakland y otras grandes ciudades norteamericanas.
Fuente: Télam
