El avión presidencial sobrevoló un vasto territorio de terrenos baldíos, cubiertos por escombros de casas y árboles derribados, cuando se acercaba a Joplin. El gobernador de Missouri, Jay Nixon, y otros funcionarios, le recibieron en la pista antes de proseguir a su primera visita: un recorrido por un barrio destruido.
La caravana de vehículos de Obama llegó a un vecindario en el que árboles derribados partieron casas, los tejados fueron arrancados de cuajo, los automóviles estaban en ruinas y había pedazos de madera regados por todas partes. No vio nada completo, sino más bien pequeñas imágenes domésticas: una habitación que aún tenía un televisor, un sillón en medio de escombros, una lavadora junto a una casa demolida. Había banderas estadounidenses aquí y allá en medio del caos.
Fuente: 26noticias.com.ar