Según la fuente, los choques entre civiles aparentemente se han extendido a otros distritos cercanos de mayoría sunnita como los de Harat Berranieh, Al Bakkar, Kobbe, Rifa, Manjibin y Malula.
Los incidentes se producen a pocos días después de que el jefe de Inteligencia de la Policía libanesa, Wisan al-Hasan, cercano a la familia del ex primer ministro sunnita asesinado, Rafik Hariri, perdió la vida en un atentado con bomba que agitó una vez más el difícil equilibrio confesional del país.
En esta coyuntura, el Ejército libanés advirtió que "el destino de la nación está en juego" y que la seguridad es una "línea roja" que no se debe traspasar, informó la agencia de noticias EFE.
Las Fuerzas Armadas intervinieron por la mañana para acabar con el caos reinante en Beirut y otras regiones libanesas. La presencia militar restableció temporalmente la calma en Trípoli, pero pocas horas después se reanudaron los choques.
En las incursiones, los soldados fueron blanco de disparos cuando trataban de abrir las calles bloqueadas por manifestantes en el barrio beirutí de mayoría sunnita de Tarik Yadid, escenario de un tiroteo anoche.
El atentado del viernes pasado -en el que aparte de Al Hasan fallecieron otras dos personas y 126 sufrieron heridas- ha exacerbado la tensión en el Líbano, dividido entre partidarios y detractores del gobierno sirio.
Al Hasan dirigió las investigaciones que destaparon en agosto pasado la trama en la que estaban implicados el ex ministro libanés Michel Samaha y el jefe de la Seguridad siria, Ali Mamluk, acusados de planificar atentados contra líderes políticos y religiosos antisirios en el Líbano.
Fuente: Télam