Los campos de desplazados se establecieron en las zonas de Bannu, Dera Ismael Khan y Lakki Marwat, donde fueron instalados con ayuda del Ejército paquistaní para proveerlos de electricidad y otros servicios básicos, agregó el funcionario.
El ejército paquistaní y el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas reparten diariamente 5.000 paquetes con comida de 110 kilos cada uno, según explicó hoy Islamabad en un comunicado.
Pese al dramático costo humanitario de la ofensiva militar, el gobierno paquistaní sigue decidido a continuar hasta conseguir la expulsión de todos los islamistas extranjeras de esa zona tribal, que durante más de una década funcionó como una región autónoma de facto.
Pero ese acuerdo tácito terminó hace un mes cuando el Movimiento Islámico de Uzbekistán, uno de los tantos grupos extremistas extranjeros que encontró refugio en Wziristán del Norte, reivindicó un ataque contra el principal aeropuerto del país.
Un día después del ataque al aeropuerto, que duró unas 12 horas, el Ejército paquistaní realizó una serie de bombardeos contra esa zona tribal fronteriza con Afganistán y desde mantiene una guerra declarada, que ya dejó un saldo de alrededor de 400 muertos y que avanza ajena al interés de los medios de comunicación internacional.
Fuente: Télam