El gobierno paquistaní no sólo había pedido a su aliado estadounidense terminar con los incesantes ataques con aviones no tripulados sobre su territorio, sino que la muerte del jefe talibán paquistaní Hakimullah Mehsud amenaza con torpedear los planes de Islamabad de abrir un diálogo con ese grupo radical.
El primer ministro Sharif hace tiempo que intenta abrir un diálogo de paz con los grupos talibán en la región paquistaní lindante con Afganistán, sin embargo, tras el ataque estadounidense temen que las conversaciones vuelvan a romperse.
"Habíamos desarrollado paso por paso un proceso que podría haber llevado a la paz, pero los estadounidenses lo arruinaron", criticó el ministro del Interior.
Sin embargo, el ministro de Información paquistaní, Pervaiz Rashid, sostuvo que el gobierno no abandonará sus esfuerzos por abrir un acuerdo de paz con el grupo Tehrik-i-Taliban Pakistan y poner fin a un conflicto que ya se cobró la vida de más de 40.000 personas.
Además de los posibles efectos que el nuevo ataque estadounidense tenga en las negociaciones del gobierno paquistaní con los grupos talibanes locales, el bombardeo de esta semana volvió a debilitar la legitimidad interna de Sharif.
Hace apenas unas semanas el premier paquistaní se reunió con su par y aliado estadounidense, Barack Obama, en la Casa Blanca y le pidió públicamente que detenga los ataques con drones en territorio paquistaní.
La zona más afectada es la región de Waziristan, fronteriza con Afganistán.
Sólo en los últimos dos años y en los 45 ataques con drones que pudieron ser documentados, 19 civiles murieron, de acuerdo con cifras que Amnistía Internacional hizo públicas la semana pasada.
El gobierno de Obama se niega a confirmar cualquier dato sobre las víctimas inocentes de este tipo de ataques alegando razones de seguridad pero asegura que son menores que las que aparecen en la prensa.
Fuente: Télam