El perito explicó que el metano es un gas muy ligero e inodoro que si alcanza concentraciones superiores a entre 5 y 10% puede producir explosiones fácilmente ante cualquier chispa.
Eso, dijo, es lo que aparentemente ocurrió en el edificio B2 de la sede de Pemex, un inmueble de 12 pisos construido en 1968, en el que trabajaban unas 1.800 personas.
Dunagen señaló que "las explosiones de gas metano son muy comunes; ocurren en minas, en el drenaje, y suceden especialmente en edificios donde el gas se acumula".
"Esta parece que fue accidental y todavía estamos tratando de determinar cómo fue que el gas entró en el edificio y se acumuló", subrayó, según reportó la agencia de noticias EFE.
El experto agregó que los exámenes realizados indican que no hubo fuego ni residuos de combustión, sino solamente la destrucción producida por la aparente concentración de gases que, sin embargo, es "muy inusual" que suceda en edificios tan grandes como el de Pemex.
La explosión que se registró el jueves pasado destruyó tres pisos y dejó 37 personas muertas y más de 120 heridas.
Tras varios días de remoción de los escombros, durante los cuales se rescataron los cuerpos de varias de las víctimas fatales, las actividades en el edificio se reanudaron ayer miércoles.
Fuente: Télam