En las últimas horas, la crecida del río Indo y sus canales vinculados causó nuevas devastaciones en Baluchistan y Sindh, obligando a los habitantes a dejar sus casas para acercarse a los campamentos dispuestos por el gobierno, según un cable de Ansa.
La zona fue visitada ayer por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien dijo no haber asistido nunca en su vida a una tragedia de tales dimensiones.
Los aluviones récord de las últimas dos semanas que sumergieron un quinto del territorio paquistaní y dañaron en distinta medida a 20 millones de personas están afectando ahora la provincia de Sindh, donde hay ocho millones de personas bajo efectos del aluvión, y la vecina Baluchistan. Los habitantes de Jacobabad, donde se levanta una importante base aérea, abandonaron la ciudad. Otras decenas de miles de personas huyen de la marea de agua que sigue creciendo sin pausa.
Las poblaciones de Jaffarabad y Naseerabad, dos localidades de un área bastante atrasada entre Sindh y Baluchistan, "fueron presa del pánico y se están dirigiendo en masa a pie hacia los distritos del vecino Sindh", sostuvo Geo TV.
Entretanto UNICEF, que comenzó la distribución de alimentos energéticos, lanzó un llamado de auxilio a los niños. La organización de la ONU estima que seis millones de niños quedaron sin casa o sin familia y que, entre ellos, al menos 2,7 millones necesitan con urgencia comida y agua potable para sobrevivir.
Maurizio Giuliano, el vocero de la ONU para las ayudas humanitarias, dijo ayer en Islamabad que "3,5 millones de niños paquistaníes están fuertemente expuestos a enfermedades relacionadas con la calidad del agua, como el cólera y las diferentes formas de diarrea".
Finalmente, los medios paquistaníes reportaron ayer que cinco niños murieron de hambre en el distrito montañoso de Kohistan, en la provincia de Khyber-Pakhtunkhwa, aún aislada del resto del país debido al derrumbe de calles y puentes.