Dos embarcaciones que participan de las búsquedas fueron enviadas hacia el lugar, después de que desde dos aeronaves se pudieron ver trozos de un avión que, supuestamente, sean del Airbus accidentado, que volaba desde Río de Janeiro el 31 de mayo hacia París.
Hasta el momento sólo se había rescatado una pequeña cantidad de restos del avión y una pieza grande, el estabilizador vertical, que se localiza en la cola.
Los últimos tres cuerpos, de los 44 que fueron encontrados, fueron rescatados ayer y fueron llevados a la isla brasileña Fernando de Noronha, donde se les realiza un reconocimiento preliminar.
Posteriormente, los cuerpos son llevados al Instituto Médico Legal (IML) de la ciudad de Recife para su identificación.
De los cuerpos rescatados, además de los tres últimos que aún no llegaron a Noronha, 16 ya están en el IML de Recife y los otros 25 están a camino de esa entidad de la Policía Federal, adonde llegarán este fin de semana.
Con relación a las causas de la tragedia, una información divulgada hoy por el diario brasileño "O Estado de Sao Paulo", difundida por las agencias de noticias DPA y Ansa, indica que la pericia preliminar de los 16 cuerpos que ya se encuentran en Recife refuerza la hipótesis de que al menos parte de la aeronave se desintegró antes de caer al mar.
La pericia preliminar permite descartar por el momento, la posibilidad de que hubiera habido fuego o explosión en la aeronave, ya que ninguno de los cuerpos presentó rastros de quemaduras.
El resultado de las necropsias ayudará al Escritorio de Investigaciones y Análisis para la Aviación Civil de Francia (BEA), a determinar una posible dinámica del accidente, y serán de vital importancia en caso de que las cajas negras del avión no sean halladas.
Los cuerpos fueron rescatados prácticamente íntegros, y casi todos presentaban múltiples fracturas en los miembros superiores e inferiores y en la región de la cadera. Esto indicaría que la muerte de las víctimas fue por politraumatismo provocado por el choque con el agua a alta velocidad.
Asimismo, no fue verificada en los cadáveres analizados hasta hoy ninguna muerte por ahogo, la cual supondría un fallecimiento ocurrido después de la caída del avión.
Además del estado de los cuerpos, la hipótesis de la desintegración parcial de la aeronave está reforzada por otros datos del accidente, como algunos mapas producidos por la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) que indican que los equipos de rescate encontraron dos líneas de cuerpos, distantes entre sí 85 kilómetros.
En este sentido, investigadores citados por el diario brasileño afirmaron que si el avión hubiera caído entero al mar, los cuerpos deberían estar más próximos unos de otros, aun después de permanecer varios días a la deriva.