La sucesión de gobiernos de poder limitado finalizó con la llegada al poder de Saddam Hussein en 1979. A un año de haber asumido el poder, los conflictos fronterizos con Irán desembocan en una guerra entre ambos países, que finalizó en 1988.
En 1990 Irak reavivó una vieja disputa territorial con Kuwait, su aliado durante la guerra con Irán, y denunció que la excesiva producción de petróleo de este país estaba perjudicando su economía. El 2 de agosto tropas iraquíes invadieron Kuwait y tomaron rápidamente todo el país.
Las sucesivas resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas culminaron el 15 de enero de 1991 con la exigencia de la retirada incondicional de Irak del territorio kuwaití.
Al no cumplir Irak esta resolución, una coalición dirigida por Estados Unidos inició bombardeos aéreos masivos de objetivos militares e infraestructuras en Irak y Kuwait. Se conoció como la guerra del Golfo Pérsico y resultó desastrosa para Irak, que debió abandonar Kuwait tras seis semanas de combates.
A lo largo de 1992 Irak sufrió una fuerte presión internacional para que eliminara las armas de destrucción masiva que todavía conservaba. Mientras, se iban dejando notar los efectos de las sanciones económicas establecidas por la ONU.
El 8 de septiembre 2002, el presidente estadounidense George Bush y el primer ministro británico, Tony Blair, se reunieron en Camp David y llamaron a la comunidad internacional a "eliminar la amenaza" que representaba Sadam Hussein, tras asegurar que tenían "suficientes pruebas" de que el presidente iraquí estaba desarrollando armas de destrucción masiva.
Al mes siguiente Bush firma la resolución del Congreso que "bendice" la intervención estadounidense en Irak si fracasan los medios diplomáticos y se compromete a avisar a Israel dos días antes del ataque para que puedan defenderse de una posible respuesta de Hussein. (Télam)