Los participantes corearon consignas contra Merkel y la clase política al grito de "Canallas" y "Mafia de asilo"
Uno de los participantes portaba una horca hecha con palos de madera de la que colgaban carteles de "reservado" con los nombres de "Angela 'Mutti' (mami) Merkel" y el vicejefe de gobierno, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, con el nombre de pila mal escrito. La foto se viralizó en las redes sociales.
La ministra alemana de Familia, Manuela Schwesig, calificó el hecho de "completamente inaceptable" y enfatizó en que "la amenaza no son los refugiados sino aquellos que instigan contra los refugiados e incitan a la xenofobia", informó la agencia de noticias DPA.
El jefe del movimiento Pegida, Lutz Bachmann, buscó bajarle el tono al conflicto relativizando el hecho en su página en la red social Facebook, al afirmar que se trataba de una "exageración inconcebible de la prensa mentirosa".
La fiscalía de Dresde comunicó que abrió diligencias por sospecha de alteración del orden público e instigación pública a cometer delitos, que podrían ser penados con hasta cinco años de prisión.
Varios miles de personas -unos 9.000, según los organizadores- se manifestaron en Dresde una semana antes de que se cumpla un año del nacimiento del movimiento de los autodenominados "Europeos Patrióticos contra la Islamización de Europa".
Los participantes corearon consignas contra Merkel y la clase política al grito de "Canallas" y "Mafia de asilo".
Paralelamente, el semanario Focus dio a conocer hoy una encuesta en la que se asegura que uno de cada tres alemanes está tan descontento con la gestión de Merkel en la crisis de los refugiados, que espera que la mandataria presente su renuncia.
Un 52 por ciento de los 2.191 consultados por el instituto demoscópico Insa entre el 9 y el 12 de octubre, rechazó la idea de pedir la dimisión de la líder conservadora, mientras que un 33 por ciento se pronunció a favor.
La determinación con que la canciller defiende su política de puertas abiertas a los refugiados de Medio Oriente y África le está costando popularidad. Por primera vez en años cede su alto nivel de aprobación en las encuestas al tiempo que asciende la estrella del defensor de la política de "mano dura", el primer ministro de Baviera y aliado conservador, Horst Seehofer.
Fuente: Télam
