Cuando las presidentas acordaron la reunión, conocida en Alemania como "consultas de gobierno", no imaginaron que se llevaría a cabo en medio de una de las peores crisis económicas en ese país.
Rousseff recibirá a su homóloga alemana en el momento más crítico de su gobierno desde que asumió el segundo mandato en enero. El escándalo de corrupción en la compañía estatal Petrobras, la caída en su popularidad, según sondeos recientes, a lo que se suma a la marcha opositora que este domingo sacó a las calles a cientos de miles de brasileños en casi 200 ciudades de todo el país pidiendo juicio político.
El gobierno alemán aseguró ayer que los asuntos internos de un país no cambian la agenda de Merkel, que estará en Brasil apenas 23 horas.
"Las consultas de gobierno son las expresión de que dos países tienen una estrecha relación o que quieren estrechar aún más esta relación no es algo que se deje a un lado por sucesos de política interna", declaró el vocero del gobierno, Steffen Seibert, al ser preguntado sobre si sigue siendo una buena idea reunirse con Rousseff.
La agenda oficial de la canciller se abrirá mañana con una recepción en el Palacio Alvorada a invitación de Rousseff, a lo que seguirá el jueves un desayuno con empresarios alemanes y después las consultas intergubernamentales, de unas cinco horas de duración.
La delegación de Merkel no incluye empresarios alemanes, aunque sí mantendrá ese encuentro "con nombres importantes de la industria" ya en Brasilia. En contra de lo habitual en otros viajes, no está prevista una reunión con la oposición.
De las consultas no deben esperarse acuerdos cuantificables en negocios multimillonarios, indicaron las fuentes, sino una serie de declaraciones conjuntas centradas protección climática, biodiversidad, innovación, cooperación e intercambio cultural.
Fuente: Télam