El Congreso de Estados Unidos redactó un nuevo paquete de sanciones contra el sector energético ruso, en particular el gigante gasístico Gazprom, y contra compañías rusas de armas.
Sin embargo, la ley -que también prevé suministrar armamento a Ucrania- aun debe ser aprobada por el Senado antes de pasar al presidente Barack Obama.
"Sin duda, no podemos dejarlo sin respuesta", dijo Ryabkov citado por la agencia de noticias EFE, aunque no especificó que tipo de medida van a implementar.
El vicecanciller tachó la nueva ley de "antirrusa" cuyo objetivo es obligar a Moscú a aceptar decisiones "categóricamente inaceptables" en Ucrania.
Ryabkov no descartó que la cuestión sea abordada en la reunión que mantendrán mañana en Roma el canciller ruso, Sergei Lavrov, y el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, que estará centrada en la situación en Medio Oriente.
Las relaciones entre Rusia y Estados Unidos están en su punto más bajo desde el inicio de la guerra entre los separatistas del este de Ucrania y las autoridades centrales.
Occidente impuso sanciones a Rusia por la anexión de la península de Crimea y por su presunto apoyo con armas a los separatistas, algo que Moscú niega rotundamente.
En respuesta a las sanciones contra políticos y empresas rusas, Moscú restringió las importaciones de alimentos de algunos países occidentales.
Rusia criticó ayer el proyecto de ley al considerar que Washington se esfuerza por "destruir el cadáver de la cooperación" entre los dos países.
El Ministerio de Exteriores ruso advirtió que dicha ley es "una potente mina" capaz de causar tanto daño a las relaciones bilaterales como la enmienda Jackson-Vanik, que impuso en 1974 restricciones a la cooperación comercial entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
"No cederemos al chantaje, no renunciaremos a los intereses nacionales, no permitiremos la injerencia en nuestros asuntos nacionales", señaló Alexandr Lukashevich, vocero de la Cancillería.
En marzo pasado, los habitantes pro rusos del este de Ucrania se levantaron en armas contra las autoridades centrales surgidas de un golpe de Estado contra el entonces presidente Viktor Yanukovich.
Tras meses de conflicto armado, en el que más de 4.300 personas murieron y casi medio millón se han desplazado, esta semana entró en vigor una nueva tregua indefinida, que, pese a algunas denuncias, es respetada por ambos bandos.
Fuente: Télam