Rodríguez Torres describió a ésa como "una operación netamente de orden y seguridad ciudadana" en "el único punto en Caracas donde se mantenía la situación de violencia".
En tanto, la ministra de Comunicación e Información, Delcy Rodríguez, aseguró que la plaza quedó "liberada, como un territorio de paz", informó la agencia noticiosa estatal AVN.
La plaza Altamira y sus alrededores fueron escenario de repetidos choques entre la fuerza pública y manifestantes desde el 12 de febrero, cuando se extendieron a Caracas y al resto del país las protestas iniciadas seis días antes en los estados andinos Táchira y Mérida.
En esa zona del municipio Chacao abundaron las barricadas levantadas por grupos opositores y las intervenciones de la Guardia Nacional, a menudo al caer la tarde y durante la noche.
En esos choques cotidianos -en el último de los cuales, anoche, hubo 18 detenidos, según el diario Ultimas Noticias-, los manifestantes arrojaron bombas molotov y objetos contundentes a los militares, que a su vez lanzaron gases lacrimógenos y balas de goma.
Por otra parte, la vigésimo novena víctima fatal desde el comienzo de las protestas fue el capitán de la Guardia Nacional José Guillén, baleado en la cabeza anoche mientras intentaba desbloquear una avenida en Maracay, la capital del estado Aragua, a 109 kilómetros al sudoeste de Caracas.
La muerte de Guillén fue confirmada por el gobernador aragüeño, Tareck El Aissami, quien más tarde anunció que, en relación con ese caso, la policía estadal detuvo a "un ciudadano de origen chino con un arsenal de guerra".
El funcionario aseguró que el detenido "portaba una pistola Glock" y "trataba de huir justo media hora después" de que balearan a Guillén, y que al allanarse su casa se encontraron armas, municiones, explosivos, uniformes y "facsímiles de entrenamiento paramilitar".
Asimismo, el general Manuel Quevedo, de la Guardia Nacional, reportó el hallazgo de 237 bombas molotov, 20 litros de nafta y material explosivo en un centro comercial de Caracas y afirmó que las autoridades estaban "tras la pista de los verdaderos responsables".
Mientras tanto, el vicepresidente Jorge Arreaza y Rodríguez Torres instalaron la versión regional de la Conferencia Nacional por la Paz en Valencia, la capital del estado Carabobo y una de las ciudades que mayor cantidad de víctimas y detenidos registra desde el comienzo de las protestas.
"Hay razones para que la gente esté molesta", admitió Rodríguez Torres, pero remarcó que "eso no justifica incendiar las ciudades" y sostuvo que "este tipo de protestas estaban planificadas desde hace mucho tiempo".
El funcionario afirmó que aún se mantenían "con intensidad" las protestas en cuatro estados del país y anticipó que cuando "la normalidad se consolide", se iniciará el "patrullaje inteligente" en todas las ciudades.
Por su lado, el alcalde de Valencia, Miguel Cocchiola, afirmó que "los jóvenes tienen que ser escuchados" y reclamó a Rodríguez Torres que desarme a los "colectivos" chavistas que operan en la ciudad, reportó el canal Globovisión.
Paralelamente, la diputada María Corina Machado -una de las principales dirigentes de la oposición- afirmó que "no se explica el objetivo de esta militarización en estas zonas de Caracas", en referencia a la ocupación de la plaza Altamira y sus alrededores, y acusó al gobierno de llevar adelante "una política de estado de represión y tortura", consignó la agencia Ansa.
A la vez, otros sectores de la oposición convocaron a marchar mañana hasta la prisión militar Ramo Verde, en Los Teques, capital del estado Miranda, al cumplirse un mes de la reclusión allí del dirigente Leopoldo López, al que el gobierno acusa de sedición y de haber instigado los asesinatos de manifestantes ocurridos el 12 de febrero.
Fuente: Télam
