La reunión está prevista para el mediodía (7 de la mañana hora argentina) y tendrá lugar en la Casa de Gobierno de la ciudad de Donetsk, el bastión principal de los separatistas pro rusos en el este de Ucrania.
El vocero del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Vladislav Selezniov, confirmó hoy que la reunión está programada y que se centrará en los problemas relativos al cumplimiento de los acuerdos.
"Sobre lo que allí se decida informarán los participantes en el proceso negociador al término de la reunión", explicó Selezniov en declaraciones el canal de televisión local 112.Ukraína y adelantó que el próximo miércoles los negociadores del Ejército ucraniano tendrán una reunión similar con las autoridades de la otra región separatista, Lugansk.
Hasta ahora el único punto de los llamados acuerdos de Minsk que empezó a cumplirse fue el gradual intercambio de prisioneros de guerra.
Pese a la exitosa liberación gradual de prisioneros, ninguno de los dos bandos cumplió con los otros puntos, principalmente, el cese completo de las hostilidades , la retirada de todo el armamento pesado y la apertura de corredores humanitarios para permitir el ingreso masivo de alimentos, medicamentos y otro tipo de ayuda.
Prueba de esta creciente tensión y desconfianza es que el viernes pasado volvió a fracasar un nuevo intento por reanudar las negociaciones de paz, mediadas por Rusia y la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).
Según versiones periodísticas, los separatistas pro rusos decidieron a último momento no sentarse en la mesa de negociación por diferencias en la agenda de temas a discutir.
La canciller alemana, Angela Merkel, culpó hoy indirectamente a Moscú del nuevo fiasco diplomático al pedirle al gobierno de Vladimir Putin que "haga valer su influencia sobre los separatistas" para que retornen a la mesa de negociación.
En un comunicado difundido por su vice vocera, Christiane Wirtz, Merkel hizo saber que habló por teléfono con su pares de Ucrania y Kazakistán, Petro Poroshenko y Nursultan Nazarbayev, respectivamente, para informarse sobre la evolución del diálogo de paz.
Tanto las potencias occidentales como Moscú apoyan los acuerdos de Minsk, pero mientras las primeras acusan al Kremlin y a los separatistas pro rusos de violar los términos, el gobierno de Putin sostiene que es el Ejército ucraniano y los grupos paramilitares que pelean con él los que continúan lanzando ataques contra las zonas controladas por los rebeldes.
La guerra interna en el este de Ucrania ya dejó más de 4.300 muertos y cerca de un millón de desplazados y refugiados, según la ONU. De estos últimos, alrededor de unos 500.000 cruzaron la frontera y se instalaron en la vecina Rusia.
Fuente: Télam