Horas después, supuestos sicarios del narco abrieron fuego con armas automáticas y mataron a Néstor Peña, comandante de la Procuraduría General de Justicia del estado de México, vecino a la capital del país, mientras salía de su casa en la mañana del lunes.
Doce policías han sido asesinados en el estado de México desde el jueves, dijo el fiscal general del estado, y en los últimos cuatro meses unos 200 policías y soldados han sido ejecutados en todo el país.
Las muertes a manos de los cárteles de narcotráfico y los ataques a las fuerzas de seguridad se han disparado, dejando 4,060 víctimas en lo que va del año, algo sin precedentes, mientras los traficantes responden a la campaña del presidente Felipe Calderón contra el narco, al tiempo que luchan entre sí.
La mayoría de las víctimas son narcotraficantes, pero los policías son blancos frecuentes, para infundir miedo a las fuerzas de seguridad o castigar a oficiales de la ley corruptos que los traicionan.
Calderón ha desplegado a más de 40,000 soldados y policías federales en algunas de las regiones del país más golpeadas por el narco, pero la violencia parece estar empeorando.
Los sicarios incrementaron la violencia en septiembre al lanzar granadas en una plaza atestada de personas, matando a ocho civiles.
El lunes, policías hallaron seis cadáveres en un almacén en la ciudad fronteriza de Tijuana, al sur de la estadounidense San Diego. En Ciudad Juárez, también en la frontera, pistoleros mataron a un hombre de 26 años mientras esperaba ser operado en un hospital de la Cruz Roja, tras un tiroteo entre bandas rivales, dijo la policía.
Fuente/ 26noticias.com.ar