Ankara, la capital turca, ya había comunicado anoche de la medida a Damasco, pero recién se informó oficialmente hoy.
Por su parte, el gobierno sirio había anunciado en la madrugada su decisión de cerrar el espacio aéreo para aviones de pasajeros turcos, aunque según Davutoglu esa medida "carece de importancia" para su administración, informó la agencia de noticias DPA.
El miércoles, Turquía obligó a aterrizar en Ankara a un avión sirio procedente de Moscú al que acusó de transportar material militar. Según el gobierno ruso, el avión llevaba un cargamento completamente legal de componentes de radar.
El incidente no hizo sino aumentar la tensión surgida en las últimas semanas entre ambos países después de que un proyectil lanzado desde Siria matara a cinco civiles turcos en un pueblo cercano a la frontera siria.
En la víspera, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, quien lidera las voces que piden una intervención más contundente contra el gobierno sirio de Bashar al Assad, arremetió contra la incapacidad de acción de la ONU.
Según el primer ministro, al igual que hace 20 años cuando la ONU "observó sin actuar los asesinatos cometidos en los Balcanes", ahora "se ha quedado sin palabras" ante la crisis siria.
Asimismo, el gobierno turco pidió a la OTAN activar radares antimisiles de la base de Kurecek y apuntarlos hacia Siria.
El pedido a la OTAN, alianza a la que pertenece Turquía, se enmarca en la decisión del gobierno de Ankara de potenciar su propio dispositivo militar en la frontera en caso de conflicto, según informó el diario Sabah.
Por su parte, la organización Human Rights Watch (HRW) denunció desde Nueva York que la fuerza aérea siria está utilizando bombas de racimo contra los rebeldes pese a la condena internacional a este tipo de armas.
Videos que se han colgado en la web y las declaraciones de testigos prueban el uso de esa munición, según HRW, que señala que entre otras cosas se lanza desde helicópteros. En 2008 se aprobó una convención que prohíbe el uso de este tipo de bombas, pero Siria nunca la suscribió.
Fuente: Télam