Una de las reacciones más esperadas era la de Hezbollah, la milicia chiíta que combate junto al gobierno sirio de Bashar al Assad a los grupos insurgentes en el país vecino, y una de las fuerzas políticas clave dentro del actual gobierno libanés, en donde conviven en un débil equilibrio fuerzas pro y antiDamasco.
"La solución para esta confrontación comienza políticamente", aseguró hoy el número dos de Hezbollah, el jeque Naim Qassem, en diálogo con una radio libanesa.
"No permitiremos, de ningún modo, que las fuerzas extremistas y terroristas, dirigidas por la entidad sionista (Israel), manipulen la seguridad de los países amigos o aliados, en especial la República libanesa"
"Después, las autoridades libanesas podrán adoptar medidas militares y de seguridad (...), además de los esfuerzos para calmar el clima y reducir la transmisión de los venenos sectarios", agregó el dirigente, que en todo momento llamó a la unidad política y social de su país.
Qassem es el referente de Hezbollah de mayor rango que se refirió al ataque, y lo hizo el mismo día que, desde Teherán, la máxima autoridad de la República Islámica de Irán, el ayatollah Ali Jamenei, advirtió que "abofeteará en la cara a los agresores" responsables del atentado contra la embajada de su país en Líbano.
"Nunca olvidarán", prometió el ayatollah, según informó la agencia de noticias Europa Press.
Mientras tanto, el vicecanciller iraní, Husein Amir Abdolahian, viajó hoy a Beirut para encabezar, junto con el embajador Ghadanfar Rokn Abadi, una ceremonia por las siete víctimas iraníes que dejó el ataque de ayer, entre ellos el agregado cultural Ebrahim Ansari.
En total 23 personas murieron ayer cuando dos atacantes suicidas, uno en una moto y otro en un vehículo todo terreno, detonaron sus explosivos enfrente de la embajada iraní, en medio de un barrio de mayoría chiíta y bastión de Hezbollah en Beirut.
Poco después, las Brigadas de Abdallah Azzam, un grupo vinculado a Al Qaeda, se adjudicó la autoría del ataque y lo justificó como una represalia por el apoyo de Irán, vía Hezbollah, al gobierno sirio de Al Assad en la guerra civil, que ya dejó más de 100.000 muertos y más de seis millones de refugiados y desplazados.
El número dos de la diplomacia iraní no vinculó el doble atentado en Beirut con el conflicto armado en Siria, como lo había hecho ayer Damasco a través de un comunicado. En cambio, acusó a Israel.
"No permitiremos, de ningún modo, que las fuerzas extremistas y terroristas, dirigidas por la entidad sionista (Israel), manipulen la seguridad de los países amigos o aliados, en especial la República libanesa", destacó el vicecanciller, según la agencia de noticias EFE.
Además, el funcionario prometió que su gobierno seguirá apoyando "al eje de la resistencia" contra Israel, que incluye principalmente a grupos como Hezbollah y el palestino Hamas, en la Franja de Gaza.
Luego de la ceremonia, la embajada abrió una sala al público hasta mañana para aquellos que quieran ofrecer sus condolencias por las víctimas del ataque.
Fuente: Télam