Santos volvió a cargar contra Uribe, su padrino político en los comicios de 2010, quien aseguró sin pruebas que cuando ganó las elecciones de hace cuatro años utilizó en su campaña dinero ilegal.
Según el mandatario, la acusación de Uribe fue para desviar la atención del caso de espionaje que involucra a Zuluaga con un pirata informático Andrés Sepúlveda, detenido y acusado por la Fiscalía de intentar sabotear el proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que se desarrolla en La Habana desde hace año y medio.
"Una acusación temeraria, falsa, que se hizo para poner una cortina de humo sobre una acción que hizo la Fiscalía (en la que) descubrió que estaban contratando delincuentes para penetrar una campaña presidencial y penetrar los negociadores (de paz)", manifestó el presidente-candidato, citado por la agencia Efe.
Uribe, senador electo, admitió el viernes ante la Procuraduría (Ministerio Público) que no tiene pruebas directas contra Santos pero sí contra miembros de su campaña electoral en 2010 de haber recibido dinero de un grupo de narcotraficantes.
Santos también cuestionó a Zuluaga, al que culpó de dejar prosperar la corrupción en el sistema de salud en el Gobierno de Uribe, del que fue ministro de Hacienda al tiempo que él ocupaba la cartera de Defensa.
Zuluaga, que no tuvo hoy actividades públicas, cuestionó a Santos porque, dijo, en su propaganda proselitista busca polarizar al país entre partidarios y enemigos de la paz y dijo que por centrar su campaña en la defensa de los diálogos con las FARC en La Habana, el mandatario ha descuidado los demás problemas del país.
"Colombia quiere paz pero quiere ver su graves problemas resueltos", manifestó Zuluaga, que fue el más votado en las elecciones del domingo pasado con el 29,25 por ciento, mientras que Santos obtuvo el 25,69 por ciento.
Para asegurarse los apoyos necesarios, tanto Santos como Zuluaga dedicaron los últimos días a negociar alianzas con los demás candidatos y partidos, aunque no se han advertido estrategias para sumar al menos a parte del 60 por ciento del electorado que no participó de estos comicios, marcando un ausentismo record.
Santos sumó a un grupo de congresistas del Partido Conservador y de la Unión Patriótica (UP), así como de Marcha Patriótica, los dos movimientos políticos más izquierdistas de Colombia, que a pesar de se agudos críticos de su gestión, lo ven como la mejor opción para continuar el proceso de paz con las FARC.
Por el tema de la paz, el presidente cuenta también con el respaldo del movimiento de izquierdas Progresistas, liderado por el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, hasta hace pocas semanas enemigo político del presidente que incluso llegó a destituirlo en acatamiento a una sanción administrativa que le impuso la Procuraduría.
Zuluaga, por su parte, recibió la adhesión de la vertiente del Partido Conservador que lidera la exministra Marta Lucía Ramírez, quien con casi dos millones de votos (15,52 por ciento) fue la tercera fuerza en las elecciones del domingo a pesar de que no tuvo el apoyo de un sector de su partido que optó por sumarse a Santos.
Ambos candidatos pugnan por los cinco millones de votos que sumados consiguieron el Partido Conservador, el Polo y la Alianza Verde, así como el apoyo de los indecisos.
Las primeras encuestas tras la primera vuelta electoral vueklcven a plentear un escenario de empate técnico.
Fuente: Télam
