El gobierno ucraniano ha sostenido que no iniciará el repliegue de tropas, establecido en este acuerdo de paz, hasta que compruebe que el cese de fuego se cumple en Donetsk y Lugansk, las dos provincias del país que en abril pasado fueron tomadas por un grupo de separatistas casi sin disparar un tiro.
Un mes después las milicias rebeldes realizaron un referendo de dudosa legalidad y declararon la independencia de esas regiones y, siguiendo el ejemplo de la Península de Crimea, pidieron el ingreso a la Federación Rusa. Sin embargo, Moscú no apoyó ese pedido, lo que enfrascó el conflicto armado en el este ucraniano durante más de cuatro meses y dejó más de 3.000 muertos y más de un millón de desplazados.
El vocero del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa en Kiev, Andrei Lysenko intentó bajarle el tono a los últimos enfrentamientos en Donetsk y responsabilizó a "grupos insubordinados" que no responde a los comandantes rebeldes. "Hay un cierto progreso", dijo el funcionario, citado por la agencia de noticias rusa Ria Novosti.
Tanto el gobierno ucraniano como los separatistas han denunciado sistemáticamente la violación de la tregua, sin embargo, ambos bandos nunca dieron por terminado el memorando de paz
Sin embargo, fue un vocero de las autoridades separatistas de Donetsk el que denunció ante la agencia de noticias rusa Interfax que el Ejército ucraniano volvía a atacarlos.
"En estos momentos hay intercambios de cañonazos en las inmediaciones del aeropuerto de Donetsk y en la dirección de (la localidad de) Debaltsevo donde las tropas ucranianas abrieron fuego contra las posiciones denuestros hombres", informó el dirigente rebelde.
En tanto, el gobierno local leal a Kiev confirmó los combates, al afirmar en un comunicado que la situación "sigue tensa" en las afueras del aeropuerto y el viaducto Putílkovski donde "se desarrollan las acciones militares".
Esas mismas autoridades, que desde abril actúan casi como un gobierno en el exilio, denunciaron también que anoche se escucharon disparos de artillería del Ejército contra los barrios residenciales de Kubishevski y Kíyevski.
Pero mientras estas regiones siguen siendo una zona de esporádicos combates, a unos 30 kilómetros al norte, el Ejército y las fuerzas separatistas pro rusas realizaron otro intercambio de prisioneros. Los primeros entregaron 60 milicianos, mientras que los segundos liberaron a 30 soldados, bajo la mirada atenta de observadores de la OSCE.
Tanto el gobierno ucraniano como los separatistas han denunciado sistemáticamente la violación de la tregua, sin embargo, ambos bandos nunca dieron por terminado el memorando de paz. Por su parte, Rusia y la OSCE también siguen apoyando la tregua y sostienen que es necesario avanzar para cumplir el resto de los puntos establecidos en el acuerdo de paz.
Fuente: Télam