En septiembre pasado Kiev, los rebeldes pro rusos, Moscú y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) firmaron una tregua, que tras meses de repetidas violaciones fue ratificada en febrero pasado. Pese a que las agresiones continuaron, nunca retomaron la intensidad de los inicios.
De hecho, en medio de este clima siempre tenso, las dos partes se habían reunido de nuevo ayer en Minsk, la capital bielorrusa, para seguir discutiendo una solución pacífica del conflicto armado que comenzó hace más de un año y que ya dejó casi 6.500 muertos, según la ONU.
Según un comunicado del Comando Conjunto ucraniano, los rebeldes desplegaron hoy unos 1.000 combatientes y decenas de tanques y poderosos sistemas de artillería
Pero hoy el gobierno ucraniano acusó a los separatistas de sepultar el endeble alto el fuego y lanzar una ofensiva masiva para tomar Marinka, una pequeña ciudad controlada por el Ejército a unos 30 kilómetros al suroeste de Donetsk, capital de la provincia homónima y uno de los principales bastiones rebeldes.
"El enemigo intenta avanzar, los soldados ucranianos repelieron todos los ataques y mantienen sus posiciones. La situación está bajo control", informó Andrei Lisenko, vocero presidencial para la ofensiva militar contra los separatistas que hace más de un año tomaron los gobiernos de Donetsk y otra provincia vecina.
Según un comunicado del Comando Conjunto ucraniano, los rebeldes desplegaron hoy unos 1.000 combatientes y decenas de tanques y poderosos sistemas de artillería, algo que no sucedía desde febrero pasado cuando la tregua fue ratificada en Minsk.
El jefe de las milicias separatistas, Vladimir Kononov, en cambio, acusó al Ejército de haber iniciado el ataque contra sus fuerzas y de haber desatados los masivos combates.
Fuente: Télam