La explosión fue tan potente que hizo saltar los vidrios de los edificios vecinos, ocurrió a las 5.45 (hora de Argentina) en el jardín de una asociación cultural de Suruc, ciudad de unos 100.000 habitantes de la provincia de Sanliurfa, situada a sólo 10 kilómetros de la frontera siria.
Unos 300 activistas de toda Turquía se habían reunido en este lugar para cruzar a Kobani, donde pensaban ayudar en la reconstrucción de la urbe del Kurdistán sirio, medio destruida tras el asedio EI -que busca imponer un califato en ese país árabe y el vecino Irak- que sufrió entre octubre y enero pasado.
Además de los 30 fallecidos confirmados hasta el momento, hay 76 personas heridas, según los últimos datos facilitados por las autoridades locales.
Precisamente en Kobani y poco antes, al menos tres miembros de las fuerzas de seguridad kurdo sirias murieron en un ataque del EI, según una fuente oficial kurda.
El viceministro de Relaciones Exteriores del Gobierno autónomo kurdo sirio de Kobani, Idris Nuaman, explicó que los yihadistas detonaron un coche bomba contra un puesto de control de las "asayish", fuerzas del Interior kurdas, en el sur de la localidad.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una ONG siria opositora, confirmó este ataque, aunque señaló que, según informaciones preliminares, hubo dos muertos, que eran combatientes de las Unidades de Protección del Pueblo, milicias kurdo sirias.
"El EI es una organización no sólo contraría al pueblo sirio sino que también supone un peligro para Turquía. Hay que tomar medidas contra ellos. Hago un llamamiento a quienes acusan a nuestro gobierno de apoyar al EI: Turquía fue el primer país que ha advertido contra esta organización terrorista", dijo Davutoglu.
El premier turco dijo que aún no se conoce la identidad del atacante suicida, aunque los medios turcos especulan que se trató de una mujer de entre 18 y 19 años.
Davutoglu también respondió a las crí­ticas de la oposición, que acusa al gobierno de no haber tomado suficientes medidas contra los yihadistas e incluso de haberlos apoyado para contrarrestar la influencia de las milicias kurdas en Siria, a las que Ankara considera tan "terroristas" como al EI.
Las autoridades turcas consideran a esas milicias como el brazo sirio de la guerrilla kurda de Turquía, el PKK, y teme la posibilidad de que se cree una región autónoma kurda en el norte de Siria.
"Acusar tan pronto al gobierno y al AKP (el partido islamista en el poder desde 2002) es una gran irresponsabilidad", agregó el primer ministro turco.
Desde el socialdemócrata CHP, el principal partido de la oposición, se acusó a Ankara de no haber hecho lo suficiente para desmantelar las redes yihadistas en Turquía, ni siquiera tras el atentado del 5 de junio pasado que causó tres muertos en un mitin del partido pro kurdo HDP.
Esta formación fue más allá en sus crí­ticas y aseguró que "los dirigentes en Ankara le dan palmaditas en la espalda" a los yihadistas.
El viaje humanitario para ayudar a reconstruir Kobani había sido coordinado por la Federación de asociaciones de juventudes socialistas (SGDF).
Ya antes de que el gobierno hubiera atribuido el ataque a los yihadistas, esta organización acusó en un comunicado a "la banda fascista del Estado Islámico" y "al gobierno del AKP que colabora con ella".
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, condenó el atentado en una alocución durante su viaje a la República turca del Norte de Chipre.
"Condeno, tanto personalmente como en nombre de la nación, a quienes han cometido esta salvajada. Condenamos el terrorismo venga de donde venga. El terrorismo no tiene religión ni patria", dijo Erdogan.
El cruce de acusaciones entre los partidos turcos tras este atentado puede dificultar aún más las negociaciones para formar Gobierno después de que el AKP ganara las elecciones generales de junio pero sin una mayoría suficiente para gobernar en solitario.
Quedan sólo 34 días para hallar un acuerdo o bien convocar nuevas elecciones en Turquía.
Por su parte, la Unión Europea (UE) y la OTAN condenaron también el atentado, al tiempo que señalaron que supone una desestabilización de la región.
"Condeno en los más firmes términos el ataque terrorista en la ciudad turca de Suruc, que ha causado la pérdida de muchas vidas inocentes y ha dejado muchos heridos", afirmó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en un comunicado.
En tanto, la alta representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini, se sumó en otro comunicado a la condena del ataque, que consideró "desestabilizará más la región y a las comunidades que viven juntas".
En Estambul se celebró hoy una marcha de condena al atentado pero también de rechazo al Gobierno, que transcurrió de forma pacífica al principio pero acabó en enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes.
Durante las pasadas semanas, las fuerzas de seguridad turcas arrestaron a varias docenas de presuntos militantes del EI en redadas en zonas fronterizas y del interior del país.
También la semana pasada se decretó el bloqueo de tres páginas web cercanas a los yihadistas, como Darulhilafe.com donde advertían a Turquía que el EI atentaría contra su territorio.
Las Fuerzas Armadas de Turquía reforzaron su vigilancia de la frontera con Siria, instalando misiles y artillería pesada.
Fuente: Télam
