El jefe de la Policí­a de Nueva York, William Bratton, explicó en rueda de prensa que los dos policí­as estaban realizando un patrullaje en un complejo de edificios en el que habían ocurrido recientemente diferentes hechos criminales.
El disparo, que impactó en el pecho de Gurley, se produjo en las escaleras de un edificio, que estaba a oscuras porque no funcionaban las luces, según la versión policial.
Los policí­as estaban en el tramo del piso octavo del edificio y la ví­ctima en el séptimo, acompañado por su novia, a quien habí­a ido a visitar.
"Lo que ocurrió anoche fue una tragedia muy desafortunada", afirmó Bratton. "Parece que aparentemente puede haber sido un disparo por accidente", agregó el jefe de la Policía de Nueva York, citado por la agencia de noticias EFE.
El policía que disparó, que hacía menos de un año y medio que estaba en el cargo, fue reasignado y se le quitaron su placa y su arma.
La muerte de Gurley se produce cuatro meses después de que falleció un afroamericano, Eric Garner, por una llave de estrangulamiento que le hizo un policí­a cuando intentaba detenerlo.
Esa muerte generó fuertes protestas en Nueva York en contra de la brutalidad policial, por lo que las autoridades de la ciudad anunciaron que revisarán sus métodos para evitar algo parecido.
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, dijo hoy que el hecho es una "tragedia" y que "parece que fue un accidente".
Es más, de Blasio advirtió que este caso no tiene nada que ver con con la muerte de Garner en Nueva York, no con la de Michael Brown, el adolescente afroamericano que murió en agosto por los disparos de una policía en Ferguson, en Missouri.
El crimen provocó una ola de protestas contra la violencia racial de la policía en este estado del centro de Estados Unidos.
Según el FBI y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, unas 400 personas mueren anualmente por disparos de policías en Estados Unidos.
Fuente: Télam