Atacado por primera vez en su territorio, Estados Unidos lanzó al mundo una advertencia contundente: "O están con nosotros o con los terroristas". En quince días, estaban con él los 180 países de la ONU, incluyendo a árabes y musulmanes y a la OTAN.
La "cruzada" anti-terrorista de Bush sólo agravó la hecatombe geopolítica que ya de por sí habían causado los ataques del 11 de septiembre, pues Washington se vio obligado a hacer concesiones a los Estados que necesitaba para su campaña militar en Afganistán, todos ellos países con intereses divergentes y hasta opuestos. (Télam-SNI).-