Ninguna organización reivindicó de inmediato el ataque, que ocurrió en la ciudad de Peshawar, capital de la Provincia de la Frontera del Noroeste, la misma donde el ejército realiza desde hace más de un mes una vasta ofensiva contra los talibanes que los rebeldes islamistas prometieron vengar con atentados.
El canal de televisión paquistaní GEO TV mostró imágenes de caos frente al hotel Pearl Continental, con policías que corrían entre civiles perplejos y ambulancias que llegaban al lugar en medio de una nube de humo negra.
En Washington, funcionarios estadounidenses dijeron que el Departamento de Estado había iniciado negociaciones con los dueños del hotel para comprarlo o alquilarlo a fin de establecer en él un consulado en Peshawar, pero agregaron no saber si estos planes tuvieron algo que ver con las motivaciones del ataque.
Parte del edificio de cuatro pisos resultó demolida por el estallido, reducida a escombros de concreto y hierros retorcidos. Un gran cráter quedó cavado en el pavimento frente al hotel, el lugar de hospedaje preferido por los turistas extranjeros, diplomáticos y paquistaníes de buen pasar que visitan la región.
Un jefe policial dijo que estimaciones iniciales indicaron que los agresores usaron unos 500 kilos de algún poderoso explosivo industrial o militar para el ataque, que trajo a la memoria un gran atentado contra el Hotel Marriot de la capital del país, Islamabad, que mató a más 60 personas en septiembre pasado.
El jefe de la policía provincial, Malik Naveed, dijo que 11 personas murieron en el ataque, que fue el séptimo en Peshawar en un mes. Fuentes médicas dijeron que al menos 65 personas resultaron heridas.
Al menos seis extranjeros fueron vistos salir del hotel ayudados por personal de rescate.
Un funcionario del gobierno municipal, Sahibzada Anis, dijo que había un extranjero entre los muertos, al que describió como un serbio que trabajaba para la agencia para los refugiados de la ONU (ACNUR).
La ACNUR informó desde Ginebra que unos de sus empleados murió en el atentado, pero no quiso dar detalles porque su familia aún no había sido informada.
Amjad Jamal, vocero del Programa Alimentario Mundial (PAM) de Naciones Unidas en Pakistán, dijo que más de 25 empleados de la ONU estaban alojados en el hotel al momento del ataque.
Jamal agregó que los siete trabajadores del PAM estaban bien, pero que no podía hablar por las otras agencias de la ONU, informó la agencia de noticias Europa Press.
Testigos dijeron haber visto a tres hombres a bordo de un camión acercándose a la principal entrada del hotel y disparando tiros a los guardias de seguridad antes de ingresar al perímetro del edificio, dijo el oficial policial Liaqat Ali.
Saleem Khan, un custodio del hotel que resultó herido, ratificó esta versión en un hospital cercano.
"Comenzaron a disparar contra nuestros guardias de seguridad, y nosotros comenzamos a dispararles a ellos. Cuando llegaron cerca de edificio, entonces hicieron explotar el camión.
El Pearl Continental, llamado cariñosamente "PC" por los paquistaníes, es un hotel cinco estrellas relativamente bien custodiado y ubicado lejos de la principal ruta que pasa por Peshawar, a dos kilómetros del aeropuerto local, con vista a un campo de golf y a un fuerte histórico.
El estacionamiento frente al edificio está severamente restringido, y para llegar a la puerta de entrada los autos deben pasar por varios puestos de control y viajar entre paredes de concreto y barreras metálicas.
El costoso hotel es el favorito de extranjeros y de paquistaníes con dinero, lo que lo convierte en un blanco de alto perfil para ataques potenciales.
Farahnaz Ispahani, vocero del presidente Asif Ali Zardari y del partido gobernante, condenó el atentado.
"No nos doblegaremos. No seremos intimidados por estas personas. Las arrancaremos de raíz. Pelearemos contra ellos y ganaremos. Es la unidad e integridad de Pakistán lo que está en juego", dijo el portavoz.
El ministro de Información provincial, Mian Iftikhar Hussain, dijo que el ataque fue seguramente una represalia de los talibanes por la ofensiva contra el movimiento islamista en el valle de Swat, que según el ejército está derrotando a los rebeldes.
La operación en Swat y otros dos distritos vecinos comenzó a fines de abril, y las autoridades atribuyeron varios atentados cometidos en las últimas semanas a represalias de los talibanes.
El mayor de estos ataques ocurrió el mes pasado en la oriental ciudad de Lahore contra un cuartel general de los servicios secretos de Pakistán y dejó 30 muertos. Al día siguiente, tres bombas mataron a 14 personas en Peshawar y la cercana ciudad de Dera Ismail Khan.
Pese a las represalias, sondeos mostraron un mayoritario apoyo de la población a la ofensiva contra los talibanes en el noroeste del país, en la que según el ejército murieron ya 1.300 rebeldes.