La autopsia determinó que la joven murió el mismo día de su desaparición, en un horario cercano al momento en que fue vista con el acusado.
El fiscal Héctor Maidana, en su acusación señaló que el 24 de octubre del 2006, alrededor de las 9.00, Rocío Débora Ubilla volvió a su casa en el barrio Santa Marta, porque no tenía clases en el colegio.
La puerta estaba con llave y nadie la atendió, y por ello la chica fue a comprar galletas a una despensa cercana. Antes de volver a su casa se encontró con Páez, quien se trasladaba en su moto Yamaha YBR 125cc.
Vecinos observaron que la joven subió al rodado, y esa fue la última vez que la vieron con vida.
La madre de Rocío, Ivana Ubilla, denunció su desaparición y durante esos días corrieron diversas versiones sobre su paradero, incluso que la habían secuestrado para prostituirla en Santiago del Estero.
El domingo 29 de octubre a la noche, Páez fue interrogado en la Brigada de Investigaciones, y lo dejaron en libertad alrededor de las 2.00.
Pocas horas después se organizó el rastrillaje en el descampado, y en menos de dos horas se encontró el cuerpo de la víctima.
Según sostiene el fiscal, el policía llevó a la joven hacia ese lugar, con el propósito de mantener relaciones sexuales. Esta circunstancia no quedó probada, debido al estado en que se encontró el cuerpo.
Pero Maidana señaló que Páez pudo haber matado a Rocío para evitar que lo denuncie por un posible hecho de violación, o por verse frustrado en sus intenciones con la joven.
Por ahora, el tribunal no ha sido confirmado, dado que el tercer juez aún no fue definido, pero se estima que será de control de garantías.