A su vez estuvieron el fiscal Gustavo Bergesio, el abogado de la acción civil y la querella, Luciano Rojas, el defensor de Manuel Páez, Juan Carlos Véliz, y el propio imputado.
El trabajo consistió en verificar el alcance de la señal de los teléfonos celulares en el lugar donde el 24 de octubre de 2006 se cometió el brutal asesinato.
Los ingenieros Juan Carlos Marchioli y José Alberto Cippitelli, trabajaron en el sector verificando el alcance de las señales de las tres empresas de telefonía celular.
Según se supo, todas tienen buena cobertura en ese sector, aunque una de ellas puntualmente ha verificado una medición mayor.
Los jueces y las partes tuvieron la posibilidad de recorrer el sector y llegar al lugar del crimen.
A pesar de que haya cambiado en estos dos años, de todos modos quedaron claros algunos puntos, como el hecho de que para acceder al lugar se lo debía conocer perfectamente, y que solo se lograba en un vehículo, como una moto debido a los obstáculos que se debían sortear.
Luego la comitiva se trasladó hacia la avenida Manuel Navarro al 3.500, donde se encuentran los domicilios de las familias Páez y Ubilla.
Esta vez el propósito fue realizar mediciones de distancias y tiempos, entre el lugar donde la adolescente subió a la moto del acusado y el lugar en el que fue encontrado el cuerpo seis días después. Se hizo lo mismo entre el punto de partida y el centro de la Capital.
Un policía de la dirección de Seguridad Vial se encargó de conducir la moto Yamaha YBR 125cc. azul, propiedad de Páez, la misma en la que vieron subir a la adolescente el 24 de octubre de 2006.
El próximo martes se reanudará el debate nuevamente en la sala de audiencias, y en esa ocasión será el momento de la indagatoria al ex cabo de policía, quien hasta hoy nunca declaró.