El trabajo de investigación, que acaba de ser publicado por la revista científica Science, fue desarrollado en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (CONICET-UNR) y financiado por este organismo, el Foncyt y el Howard Hughes Medical Institute, de Estados Unidos.
El primer autor del estudio es Pablo Tomatis, becario postdoctoral del CONICET, quien trabaja en el grupo del investigador Alejandro Vila. El grupo del doctor Vila es el que logró, hace unos años, evolucionar en el laboratorio una proteína á-lactamasa, capaz de conferir mayor resistencia a antibióticos.
Ahora, mediante estudios estructurales, bioquímicos y microbiológicos, se logró determinar que la evolución de la proteína fue debida a cambios que tuvieron lugar lejos del sitio donde se une al antibiótico y lo inactiva.
Eso significa que esos pequeños cambios son capaces de incidir a distancia en la reacción química que lleva a la inactivación del antibiótico.
Los resultados obtenidos, además de contribuir al conocimiento general sobre la evolución de las proteínas, podrían llevar a desarrollar fármacos más efectivos, al anticiparse a la evolución natural de las bacterias.
El estudio, que también demostró que la proteína evolucionó, al ganar más flexibilidad en su estructura, no sólo ofrece a la ciencia una ventaja en la carrera contra la resistencia bacteriana, sino que puede ayudar a detener el círculo vicioso, al desarrollar antibióticos que las lactamasas no puedan romper.
La resistencia a antibióticos en bacterias patógenas depende en gran parte de la acción de una proteína llamada beta-lactamasa, que inactiva el antibiótico.
Por lo tanto, las bacterias podrán sobrevivir al ambiente adverso que genera un antibiótico, según la eficiencia de las á-lactamasas. Pero, el uso masivo e indiscriminado de antibióticos ha conllevado a que las bacterias desarrollen mecanismos de resistencia a ellos, lo que generalmente tiene lugar por selección de beta-lactamasas cada vez más eficientes, debido a la evolución.
En las proteínas la evolución es crucial para la aptitud o supervivencia de los organismos, ya que permite que estos se adapten a las nuevas condiciones de su entorno. En el contexto de las ciencias de la vida, la evolución es un cambio genético que puede llevar a la aparición de nuevas especies o a la adaptación de éstas a distintos ambientes.
Si bien la palabra "evolución" está indisolublemente asociada con el nombre de Charles Darwin, en particular a cambios en las especies, el concepto también se aplica a moléculas como las proteínas.
A pesar de tratarse de moléculas -y por tanto, más sencillas de estudiar que un organismo completo-, el curso de la evolución de las proteínas no es entendido en su totalidad, porque depende de una compleja interacción entre su secuencia, estructura, función y estabilidad.
El año próximo, al cumplirse dos siglos del nacimiento de Darwin y 150 años de la publicación de su famoso libro "Sobre el origen de las especies", habrá celebraciones de rigor de todo el mundo, pero su epicentro estará en el Museo de Historia Natural de Londres, en Gran Bretaña.(Telam)