Mediante el Embryoscope, un incubador cinematográfico, el embrión está observado contínuamente. Actúa como una cámara que emite imágenes «cada 10 o 15 miutos» permitiendo a los especialistas seguir la evolución embrionaria desde la fecundación in vitro hasta la transferencia al útero de la madre para que siga el embarazo. Así, conocen con exactitud el mejor momento para la transferencia.
El novedoso incubador ofrece las condiciones de temperatura y luz para el correcto desarrollo del embrión. De esta manera, según el Doctor José Remohí, director del IVI, se evita «la manipulación» del embrión y los riesgos que ello puede comportar, algo que con los incubadores anteriores incubadores era necesario.
El pequeño nació en el Hospital Obispo Polanco de Teruel, ya que su familia reside en la ciudad aragonesa. Su progenitora relató emocionada que hace tres años, tras casarse, Ana y David deseaban un niño que no llegaba. Visitaron a varios ginecólogos en Teruel y Valencia y a ella le diagnósticaron esterilidad primaria.
Ante ello, se sometió en el IVI a tres inseminaciones sin éxito. Después llegó un primer tratamiento de fecundación in vitro en el que se obtuvieron dos embriones que maduraron en incubadoras tradicionales, pero sólo sobrevivió uno y se trasfirió, aunque tampoco se consiguió embarazo.
En el segundo proceso de fecundación in vitro se consiguieron seis embriones, que se incubaron en el Embryoscope. De ellos, sobrevivieron cinco, dos se implantaron y tres se vitrificaron, técnica de congelación que permitirá a la pareja intentar dar a Juan un hermano «en septiembre», adelantó Ana, quien también avanzó que si es niño llevará por nombre Samuel y en caso de que sea una niña se llamará Laura
Fuente: 26noticias.com.ar