Un estudio que publica la revista Science Translational Medicine indica que realizar actividades laborales en horarios nocturnos puede favorecer la aparición de diabetes y obesidad por un desajuste en el reloj biológico que altera la secreción de la insulina.
Para llegar a esta conclusión, se trabajó durante seis semanas con 21 personas sanas. Los voluntarios durmieron 10 horas diarias durante las tres primeras semanas, pero luego su descanso se redujo a 5,6 horas de sueño cada 24 horas para simular las rotaciones en los turnos de trabajo.
“Los resultados muestran que las personas que trabajan en turnos de noche y tienen predisposición a la diabetes tienen más posibilidades de desarrollarla” expresa el estudio y agrega que “la masa corporal se vio afectada, ya que los participantes mostraron una reducción de la actividad metabólica que se podría traducir en un aumento de peso anual de más de 4,5 kilos”.
Al respecto, el Dr. Ravenna dice que todo el desacople homeostático que genera la falta de descanso trae aparejadas alteraciones en el estado de ánimo, algo que indirectamente también puede llevar a comer más para reemplazar la insatisfacción que genera el no poder dormir en tiempo y forma. En definitiva se genera un círculo vicioso que retroalimenta negativamente ambos estados.