Sus restos son velados en el templo parroquial de Jesús Niño, ubicada en Zurita y Além, en la ciudad capital. El sepelio de sus restos se realizará mañana a las 17.00 en el Panteón del Clero en el cementerio municipal, previa misa de cuerpo presente a las 16.00.
El Padre Elio Fernández vivió su infancia en Miraflores hasta que vino a la Capital para ingresar al Seminario de Catamarca, donde hizo su bachillerato y sus estudios de filosofía y teología con los padres alemanes del Verbo Divino. Tuvo una educación integral, donde aprendió a cantar, a tocar el órgano y a practicar deportes.
Fue ordenado sacerdote el 2 de diciembre de 1956. Luego se desempeñó como Vicario Parroquial y colaborador en las parroquias de Santa María cuando aún pertenecía a la Diócesis de Catamarca; en Capital fue destinado al Sagrado Corazón de Jesús; también estuvo en Fiambalá, Pomán, Santa Rosa y El Alto, en estos dos últimos lugares como párroco. También realizó su labor sacerdotal en La Plata, Buenos Aires, en la parroquia Nuestra Señora del Valle; en Montevideo, Uruguay, donde permaneció por espacio de 10 años trabajando en tres parroquias. Luego fue designado en la parroquia San Antonio de Padua, y finalmente en la parroquia Jesús Niño, adonde llegó el 5 de agosto de 1992, siendo puesto en funciones por el actual Obispo Emérito, Mons. Elmer Osmar Miani. En esa comunidad permaneció el resto de su ministerio sacerdotal hasta el 5 de agosto de 2012, en que asumió el nuevo párroco y él fue designado párroco emérito por el actual Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc. En la misa de despedida dijo a los fieles de esa jurisdicción del sudeste de la ciudad capital: “Voy a estar siempre con ustedes. Ustedes son mi gloria y mi corona”.
En su homilía, Mons. Urbanc recordó la visita pastoral que realizó a la parroquia, en el 2009, indicando que constituyó “una gran alegría haber podido caminar con él la jurisdicción parroquial, y haber participado en algo que me conmovió mucho. Él parado en el centro del templo lleno de niños, un día sábado, preparándolos para la catequesis, y él se puso a cantar y todos los niños lo seguían”. De esta manera destacó la gran relación entre el sacerdote y los niños. “Muchas gracias, Padre Elio, por lo que usted pudo dar a esta Iglesia de Catamarca, a través de su trayectoria como periodista... Siempre tendrá el afecto, el cariño de todos. Y tendrá la oportunidad de contemplar lo que Dios obró a través de su persona”, cerró Mons. Urbanc en esa oportunidad.
Elevemos oraciones por el eterno descanso de su alma y agradezcamos al Señor por su entrega generosa a la Iglesia, a través de su servicio sacerdotal.