Este lunes, la escuela de Asampay fue la primera en arribar al Centro a cargo de la Prof. Silva Sarapura, y junto con ellos llegaron más de 250 egresados de 19 escuelas desde las localidades de La Ciénaga, La Quebrada, Los Nacimientos y Hualfín del departamento Belén, así como también alumnos de El Taco, Casa Armada, Infanzón y Cañada de Páez de Ancasti, Icaño, Colonia Achalco y El Alto, Colonia del Valle, Los Pocitos y Capayán, Polcos, Valle Viejo y Capital.
“Ojala esto continúe, es una gran oportunidad para que los chicos salgan, conozcan, realicen actividades y sobre todo controles de salud que son muy importantes”, afirmó la docente resaltando el valor de tener a su alcance especialistas en oftalmología, odontología o la realización de electrocardiogramas así como la posibilidad de completar el calendario de vacunas. “Al pedir las libretas sanitarias pudimos comprobar que las mamás no pudieron realizar algunos controles, pero no por su falta de voluntad sino porque resulta costoso trasladarse hasta la ciudad de Belén por sus propios medios, todo esto es muy importante”, aseguró Lobo.
El viaje
Movilizada por su vocación y el cariño hacia hijos del corazón, sus alumnos, Fátima realizó todos los trámites pertinentes para conseguir que los chicos puedan conocer y vivir nuevas experiencias. “Asampay significa “cueva del diablo” y está a casi 50 kilómetros de la ciudad de Belén”, dijo la seño para comenzar relatando el viaje de los chicos a la ciudad. “Los papás recibieron muy contentos la noticia porque los chicos nunca salieron de Asampay, nunca tuvieron esta oportunidad así que el domingo a la noche a la noche viajé a buscarlos. Al llegar allá, ellos ya estaban preparados y ansiosos por conocer y ver que era, como era, que iban a hacer, pero ahora no se quieren volver porque la están pasando muy bien. Llegamos a Belén justo 20 minutos antes de que el colectivo partiera rumbo a la ciudad”, aseguró sonriente la docente.
“Me llevo lo mejor, la convivencia y la integración que vivimos pero no solo ellos, sino también nosotros con colegas de otras partes de la provincia. Que los chicos tengan la oportunidad de compartir con otras escuelas es lindo porque aprenden, conviven y disfrutan de todo lo que les ofrecen”, resaltó Fátima Lobo, mientras miraba su reloj para acompañar a horario a uno de sus alumnos a su ultimo control de salud.