Argentina debe replantear todo lo hecho en materia de mundiales y ver que ha ocurrido. Porque algo está mal luego de tres fracasos consecutivos. Tras el 90 donde Argentina fue segundo, vino el 94, con la expulsión de Maradona lo que provocó serios problemas y la eliminación. Después llegó el 98 y la salida en cuartos de final con Holanda.
Se esperó esta ocasión que comenzó con un nuevo cuerpo técnico comandado por Marcelo Bielsa. Todo fue a pedir de boca, casi sin problemas y una clasificación brillante que llevó a que se la considere la mejor del mundo. Con jugadores en un nivel espectacular que siempre permitía la victoria. Todo transcurría sin dificultades.
Pero las mismas comenzaron durante este año de etapa preparatoria, con numerosas lesiones :Vivas,Berizzo, Pochettino, Verón, Simeone, Batistuta, Crespo. Algunos quedaron al margen. Otros se recuperaron a medias, pero ninguno volvió a su nivel de las eliminatorias.
Ahí comenzó la primera debacle. Los jugadores no estaban, pero nadie lo dijo y el técnico en vez de reconocerlo y confiar en otros- había otras opciones- comenzó con sus caprichos y ahí estuvo su primer pecado. Confió en los eternos. Que las individualidades lo iban a salvar. Pero no pudo ser. No hubo resto oquizás también demasiada exigencia física, como ocurrió con Caniggia- un gran capricho- que fue lesionado, que se resintió cuando estaba por comenzar el torneo y encima en el partido con los suecos cuando fue al banco, se hizo echar. Todo un mamarracho.
Saviola y Solari tenían más méritos que el, jugando además en un fútbol de primer nivel como el español y no como el de Escocia. El pedido de algún sector de la prensa le dobló la muñeca a un DT que no tuvo capacidad para resolver los problemas y que cometió demasiados errores.
No se puede llegar a un campeonato del mundo sin tener el equipo definido. Con dudas en quien iba a ser el arquero. Con dudas en el número 9 entre Batistuta y Crespo. Hasta momentos antes de ingresar al debut con Nigeria todo estaba sin develar. Inconcebible. después los caprichos en los cambios. El apresuramiento en sacar a un baluarte como Verón, algo imperdonable.
Argentina, salvo, algo de Aimar, no tuvo a ninguna figura. Nadie se salvo del incendio y ahora es tiempo del balance.
Hoy finaliza el contrato de Bielsa y nada hace presagiar que será renovado. Más todo indica que otro será el hombre que conducirá el plantel albiceleste en los próximos años. Además en Japón hubo muchos cortocircuitos entre Bielsa y Grondona, por viejas rencillas derivadas de la enorme deuda económica que la AFA mantiene con el técnico y que degeneraron en tierra japonesa en serias discusiones.
Ahora se habla de Pekerman, que eche mano a los jugadores juveniles y dejar de lado a muchos de los que actúan en el extranjero.
Creemos que el fútbol argentino ha sufrido una caída demasiado grande, que no es solamente la de un DT. Bielsa no sólo murió con la suya sino que defraudó a todo un país que esperaba reemplazar tantas ingratitudes con el fútbol. Hasta eso se negó.
Es tiempo de un cambio grande. De consultar a los mejores, a los que ya obtuvieron títulos. Copiar de los brasileños que siempre están. Pero con una diferencia. Sin misterios, con alegría, con la prensa a los que no consideran enemigos y la gente viendo las prácticas.
Después de la ida de Daniel Passarella se prometió que no iban a pasar más las cuestiones tiránicas.
Pero volvieron a repetirse. En la Argentina los técnicos se creen los dueños de los clubes- en este caso la AFA-, con tiranías que no tienen razón de ser.
Ahora se debe entender que está en juego el prestigio de un fútbol de nivel que ahora se devaluó de una manera muy grande. Que va a costar conseguir partidos. Que la cotización de nuestras grandes estrellas también perdieron y que hay que darles un lugar a los Saviola, Riquelme,Solari, Montenegro, D"Alessandro, Cavenaghi, Maxi Rodríguez, Poncio, Ledesma, Campagnuolo, Saja. Que de los de afuera puede estar Ayala , Sorín, Placente, Zanetti, Verón,Aimar, Crespo.
Pero fundamentalmente hay que dejar la soberbia. Copiar los que hacen otros, sin tantos misterios y que están siempre. Porque el fútbol en Argentina es demasiado importante para tirarlo por el suelo por algunos caprichos.
Todos teníamos esperanza de estar en lugar de Brasil o Alemania. No pudo ser. Todo un país todavía siente esa tristeza. Argentina la última vez que llegó a una final fue en 1990 con un muy mal equipo y los despojos de Maradona. Cuatro años antes dio una muestra notable de fútbol y un título inolvidable en México.
Ya han pasado demasiados años, para un equipo siempre acostumbrado a pelear. Ahora debe recuperarse de un estrepitoso fracaso y una eliminación en primera ronda algo que no ocurría desde 1962, en otras épocas del fútbol argentino.
Volvamosa nuestras fuentes. Dejemos las tiranías, las soberbias. Seamos sencillos.Aprendamos de los brasileños que siempre están y son sin duda los mejores.Hace doce años que llegan a las finales. Y tan mal no les va, porque ganarondos y perdieron una..... (Télam)
